LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 185

EL PROYECTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA DEL NORTE. EL TLCAN Y SU LEGADO 185 transferencia neta en 2013 (8.94 mmdd) fue solamente del 0.075% del PIB, una cantidad insignificante. Esta cifra resulta aún más insignificante frente al concepto de que la problemática del desarrollo nacional será resuelta por las fuerzas libres del mercado, siguiendo los diez mandamientos del Con- senso de Washington y bajo la estrategia de exportar a toda costa y orar por más y más IED. El lema mexicano, ins­pirado en el concepto de las fuerzas libres del mercado, “la mejor política del desarrollo es ninguna política” no funciona. Otro cambio en los años recientes, es que México se ha incorporado a la nueva lucha frenética por conseguir el control sobre los minerales de Amé- rica Latina (AL), aunque su entrada ha sido relativamente tardía. El auge de las commodities comenzó entre 2002 y 2003 en América del Sur. En Méxi­co este auge tomó lugar lentamente. A partir de 2007, posiblemente antes, una porción creciente e impresionante de IED no tenía que ver con el modelo actual, sino que con el modelo porfiriano. Generosamente, el gobierno dio concesiones mineras cubriendo más del 25% del territorio nacional. Este importante cambio “exógeno”, hace aún más difícil evaluar el papel y la legacía del TLCAN en los últimos diez años. Las concesiones mineras ex- plicarían en buena medida el crecimiento en las exportaciones de los últi- mos siete-ocho años, factor omitido por los apologistas del TLCAN. R EFLEXIONES FINALES La importancia de la Álamos Alliance reside en su tarea de hacer prevalecer la hegemonía ideológica del neoliberalismo en México. Asimismo ésta debe ser entendida como una de las varias estructuras institucionales interdepen- dientes que han surgido y ganado fuerza en México desde principios de 1990, cuando México apostó (y perdió) en la idea de que el TLCAN provo­ caría la transformación institucional necesaria para catapultar al país hacia un Estado de “país desarrollado”. Esta fantasía sólo tiene posibilidades de realizarse simbólicamente: la pírrica incorporación a la OCDE, no casual- mente en 1994, reveló nuevamente las pretensiones vacías del proyecto neoliberal de México. Para 2004, sino es que antes, el TLCAN ya había de­mostrado ser una idea “muerta”; hoy el TLCAN —la institución zombi paradigmática de México— continúa y promete continuar fallando en el futuro. Se ha revivido el capítulo clave “muerto” de 1991 de las negociacio­ nes en materia de energía del TLCAN. La derrota absoluta del proyec- to nacionalista y desarrollista de México —que comenzó formalmente en la década de 1980— se vincula, en última instancia, al sector energético, espe­ cialmente a PEMEX. Hoy, con la reforma energética privatizadora, la con-