LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 177
EL PROYECTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA DEL NORTE. EL TLCAN Y SU LEGADO
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foria ilusionista del boom de las maquilas (2001), México recibió 27.6 mmdd.
La economía mexicana creció a un ritmo real de 5.5% por año entre 1996-
2000, con un incremento de las exportaciones (empujadas por la IED en
sectores claves como el automotriz y electrónico) desde 15% del PIB en 1993
hasta 35% en 2000 (Moreno Brid y Ros, 2009:274). Casi todo el aumento
de las exportaciones en relación al Producto Interno Bruto (PIB) se explica
desde el aumento de las exportaciones manufactureras. El “nuevo modelo”
neoliberal fue presentado como una combinación de políticas lo suficiente
mente eficaces para jalar la economía mexicana a través de las exportacio-
nes. En esencia, la fuerza motriz de la economía se montó en la “producción
compartida” (ya mencionada) entre el capital extranjero y la mano de obra
mexicana en las nuevas fábricas establecidas a lo largo del país. Desde este
enfoque, según los hacedores de la política económica nacional, el efecto
de arrastre (basado en los modelos keynesianos y desarrollistas) por parte de
un mercado interno creciente a través de la demanda agregada, no consti-
tuiría más que un factor de menor impacto. Sin embargo, aun cuando los
números de la IED fueron muy positivos, ésta fue mayormente en activi-
dades improductivas: entre 1998-2001, más del 50% de la IED correspon-
dió a la compra de activos financieros (Matar et al., 2003:132-133; CEPAL,
2004:41).
Ante el auge de la IED y el desplazamiento de la composición de las ex
portaciones hacia bienes manufactureros, disminuyó en consecuencia la
importancia y el papel de los recursos naturales, situación que muchos
observadores (sobre todo los economistas ortodoxos y la clase política
mexicana) interpretaron como un cambio en la estructura básica de la
economía mexicana. Es cierto e innegable que el sector exportador sufrió
una profunda recomposición; sin embargo, esto no significa que en conse-
cuencia toda la estructura de la economía mexicana haya cambiado también.
Resultado de esta lectura fue la tendencia de aumentar las importaciones
de bienes intermedios y de capital a la par (o aún más) del crecimiento de
las exportaciones. Estas consideraciones dejan ver que el sector exporta-
dor fue desarticulado desde la estructura básica de la economía (Cypher,
2001). Es decir, mientras el sector exportador creció —liderado por la in-
dustria maquiladora y automotriz—, la capacidad de la economía nacional
no exportadora de producir insumos usados por el sector exportador no
creció. La productividad de las industrias de manufacturas exportadoras
aumentó, pero la economía total registró solamente un ritmo de crecimien-
to de la productividad de 2% entre 1997-2002 (Dussel Peters, 2004:125).
Esta falta de crecimiento adecuada de la productividad muestra grandes
ausencias en la política económica mexicana según la CEPAL, como: 1) el
“mejoramiento de la competitividad internacional de las manufacturas”;