LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 91
Heracles ha sido, según dice Wolfram, uno los profetas del Grial; no
lejos del Grial pirenaico los lugareños de Ornolac creen que el
gigante convertido en dios descansa de sus faenas. Y, próximo a Port
Vendres, el cabo Cerbere trae a la memoria a Cerbero, guardián de
los infiernos; Heracles lo venció y lo ató porque no sentía ningún
temor a la muerte.
También los mitos de los argonautas y Heracles son parte de esas
"canciones nacionales" que un día los cátaros preservaron. Son los
restos de lo que floreció aquí en tiempos remotos.
Los argonautas, vikingos helenos, me remiten al norte. Me marcho
hacia el Septentrión, así llegaré a mi patria. Los catos han rendido
pleitesía a Heracles. La inscripción latina de un altar lo da a conocer.
Los propios mellizos argonautas Castor y Pólux, como todos los
germanos, lo sabían. Alcides debe de haberse llamado allí Tácito.
M ARSELLA
Arriban buques, atracan, fondean, zarpan...
Aquí acondicionan carbón y allá descargan frutas, aquí zurren grúas
y rechinan cadenas, por allá una sirena, estibadores gesticulan, mari-
neros ebrios arman jaleo, hembras repulsivas hablan a los gritos, se
gimotean sentimentaloides canciones callejeras, vendedores de periódi-
cos se acallan unos a otros gritando a voz en cuello, automóviles tocan
sus claxons, tranvías campanillean y, sobre todo y hacia dentro de
todo retiemblan, metálicas, las campanas de Notre-Dame de la
Garde.
"A la Virgen de la Guardia" se encomienda aquí cada marinero,
incluso aquél recién despachado por una ramerilla de una de las
sucias casas cercanas al puerto, para que la inmaculada Virgen
María lo acompañe por los mares y le permita retornar a casa
sano y salvo. Son pocos aquellos que, a cambio, de vuelta a casa
expresan su reconocimiento, y ni siquiera digamos que vayan a
darle las gracias. La mayoría se apresura a ir a otra parte...