LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 77

en el mar Egeo. Allí se celebra su nacimiento el séptimo día de un mes de primavera. La Tierra ha reído como informan los mitos, y el varón de los dioses ahora mismo ha dejado oír su voz: "Quisiera una cítara y un arco curvado. Haré saber a los hombres el infalible consejo de Zeus!". Entonces él saltó fuera del círculo de las diosas, que habían asistido a su madre como parteras, y voló sobre las altas nubes, para hacer saber a los hombres la Ley Divina, enseñarles canciones y tocar la cítara. Por esta causa era el dios de aquellos vates para los que poetizar y orar es lo mismo. Cuándo Apolo vino al mundo, la Tierra debe de haber reído. ¿Porque sabía que ahora le tocaría en suerte una ciencia alegre? Con Delos estaba Delfos, en la comarca de Fócida, recostada bajo las faldas del monte Parnaso, lugar principal del culto del dios. Fue en Delfos donde Apolo, un Sigurd-Siegfried heleno, venció al Dragón del Invierno y a la tétrica Python, y donde los enterró bajo una piedra. Aquí en Delfos vaticinaba la pitonisa. Se sentaba sobre un trípode encima de una grieta del suelo de la que emanaban vapores fríos y aletargadores. De aquí manaba la fuente de las musas para la plática con Dios, imprescindible katharsis, purificación. Y aquí comenzaba en primavera la fiesta del regreso de Apolo desde el país solar de los hiperbóreos, que queda allende el viento norte... Donde quiera se adorara a Apolo, no se olvidaba a su hermana Artemisa, en esta región llamada Belissena, dedicándole sacrificios y plegarias. Tal como su hermano, ella gobernaba una estrella: ella es la Ley de la Luna y de su naturaleza luminosa. La Luna recibe la Luz del Sol y va igualmente por el zodíaco, sólo que más rápido. Por eso Artemisa "caza", caminando silenciosa, con sus ninfas, los animales del campo y del bosque. Más ella no es sólo la cazadora de animales, sino también la que les conserva su tierra. Como ofrendadora del rocío, que cae copiosamente por