LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 233
Aconteció que un día.Teodorico, arzobispo de Colonia, construyó
el castillo del monte Godes. Desde hacía cierto tiempo se levantaba
allí la capilla de San Miguel, pero nadie se había atrevido, "por la
santidad del lugar", a construir un castillo. El arcángel Miguel, al
parecer, estaba tan indignado por esta construcción, que
acompañado de un relicario de la capilla sobre el monte de
Wudin (monte de Wotan), como todavía se llamaba entonces el
monte Godes, voló con las alas desplegadas hasta la capilla
sobre el monte Stromberg. Desde este acontecimiento el
pueblo creyente solamente peregrinó al monte Stromberg, y
los monjes de Heisterbach (así se llamó el nuevo convento en
el Valle del Santo Petrus desde su reciente fundación)
obtuvieron pingües beneficios de ello.
Más ganancias todavía obtuvieron de otra reliquia: un
milagroso diente del bautista Juan. Que debe de haber llegado a
los monjes de Heisterbach de la siguiente manera: un caballero
renano, llamado Heinrich von Uelmen, lo había hurtado de la
Hagia Sofía de Constantinopla; vuelto a Alemania, Uelmen dio
con sus huesos en la prisión del ministerial del Reich, Werner
von Boladen. (Este Boladen, dicho sea de paso, parece que no
se llevaba muy bien con los ortodoxos y que permitía a su gente
amplia libertad en las cuestiones de la fe, pues de no ser así nunca
hubiese permitido que uno de sus caballeros armados durante el
sitio a la pequeña ciudad renana de San Goar, en el año 1201,
menospreciara una cruz. Por esto Werner tuvo que intervenir en
una cruzada en Palestina.) Una monja del convento Steuben
soñó entonces que Uelmen sería liberado de la prisión de
Boladen tan pronto él obsequiara el diente -para el que él, en su
castillo de Eifel, ya había hecho levantar una capilla- a la abadía de
Heisterbach. A Uelmen no le quedó otra opción que desprenderse
del diente y quedó libre, aunque con el corazón compungido.
En aquel entonces, el abad de Heisterbach era Gevard von