LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 226
pronunciar un discurso frente a todo el clero de la ciudad. Pero
no habló sobre el dulce Amor de Dios al que tanta poesía se le
ha dedicado, tampoco del cielo, sino que ofreció un informe
sobre los refugios de los herejes e hizo saber a los atentos curas
espías que, para poder atrapar a esta corte del diablo, había que
registrar los sótanos aprovechados como talleres por los
tejedores. De Frisia había llegado al Rin el arte del tejido. La isla
de Helgoland es parte de Frisia, y ésta es la razón de por qué no es
casual que los tejedores de Frisia hayan sido tan atrozmente
exterminados al mismo tiempo que se daba caza a los herejes
de Colonia y a los albigenses. Tampoco puede ser casualidad que
habitualmente los cátaros provenzales fueran llamados
Tisserands, que quiere decir tejedores.
Santa tejeduría... ¡A zumbante telar del tiempo se sienta el
espíritu de la tierra y teje una vestimenta viviente a la divinidad!
Devenir es tejer. Bajo los fresnos del mundo tejen las normas
la trama del destino. De tres hilos. La más antigua se llama
Urd, que significa pasado y tejedora; ella anuda el primer nudo
del tejido que seguirá urdiéndose para Hel. También tejió a
Laurín, el rey enano, el hilo de seda para que cubriera su
paradisíaco jardín de rosas. Lanzadera, cual barco tomas la ruta
que debes seguir. De aquí para allá, de allá para aquí, hasta que
el vestido estuvo tejido. Lanzadera, tú simbolizas el círculo que
cada individuo debe llenar con eficiencia. Por eso fuiste llamada
Radius por los primeros hombres que hablaron latín...
En el año 1133, un campesino de la villa India (hoy
Kornelimünster, cercan de Aquisgrán) construyó un barco
provisto de ruedas. Este barco fue llevado a Aquisgrán por
integrantes del gremio de tejedores. Durante el camino, todo
aquel que lo tocara sin ser tejedor tenía que entregar algo en
prenda. En Maastricht, adonde dirigió el viaje saliendo de
Aquisgrán, el barco fue provisto de mástil y velamen, y en Saint-
Trond, cerca de Lieja, los tejedores del lugar lo vigilaron día y
noche y lo llenaron de toda clase de aparatos por lo cual no pudo