LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 213

Hel es la madre grandiosa, madre que todo lo ha parido y que para todo es tumba. Incluso para las estrellas y los seres humanos. Al irse el año se va el sol, al írsele la vida al hombre, entra en ella. Pero todo sale de ella joven otra vez, revivificado con nuevo ser. Porque Hel es, como enseñaron los antiguos, reina del agua de la vida, de la que sale el sol rejuvenecido. También son de ella las manzanas de la inmortalidad. La señora Hel es la muerte. Ésta es la causa de que ella impere de forma despótica más en el Norte invernal que en ninguna otra parte. Cuánto más cerca de él se esté, más desmedrados serán los árboles; Cuánto más escasa sea la hierba, más pálidas serán las flores. Por último, al reinar la nieve y el hielo, que nunca necesi- taron ceder, no viene el sol. En la región más interior de la Madre Universal, bajo las raíces del Árbol del Mundo, que también se llama Árbol de la Vida, se encuentra la Fuente de Urd (Urd significa "norma del pasado" en la mitología nórdica). Allí Odín sumergió su ojo de sol para obtener la última sabiduría. En la casa más profunda de la señora Hel descansa el enigma de todos los enigmas. Y que también su solución. El padre del universo, Odín, susurró esta solución, contenida en una sola palabra secreta, al oído del muerto Badr, antes de que se lo colocara encima de la leña de espinos para la muerte en la hoguera. La señora Hel es la muerte, no la vida, aun Cuándo de ella nace todo lo que vive. Como toda mujer, permanece estéril si no la fecunda el hombre; así también, la señora Hel necesita un esposo. Y celebran su boda la Tierra-Mujer y el Sol-Hombre para que nazca el hijo de esta unión: la vida. Para abrazar a la diosa de la muerte, el dios sol va hacia ella, que es la tierra. En la noche del solsticio de invierno celebran ambos el "santo matrimonio". Vencida por la fuerza del dios masculino, la señora Hel se entrega a él y será madre. "¡Gloria a tí, Tierra, madre de los hombres! Que tú seas creciente en el abrazo del dios, que te colmes de frutos para el provecho de los hombres." Esta alabanza era gritada antaño por los campesinos anglosajones a la tierra de