LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 175

pequeños, tengan el derecho a producir luminosidad según su propia manera de proceder. Él es fuerte, triunfa sobre las nubes oscuras, la noche negra y el muerto invierno. Es orgulloso, ya que no permite que se le impida el derecho del día y del año de su vida... "Mira en tu interior." Así habla el hombre. Yo obedezco y escucho en mí dos voces que riñen. "Guardas silencio He dice una a la otra-, tú eres la aceptación de la vida y confías, miope, en el teatro bufonesco de la vida, del mundo, de las cosas. ¿Qué es la vida? Esfuerzo y trabajo, enfermedad y muerte. ¿Qué es el mundo? Cornupia(cornucopia) de la miseria, valle de los lamentos, campo de batalla de las pasiones. ¿Qué son las cosas? Materia imperfecta, efímera y variable, desde un principio inserta en la decadencia. Los propios astros, con los que tú te recreas, alegría de vivir, un día ya no serán más. También a ellos les espera la muerte. Nada de lo que comprendes con tus sentidos es ni duradero ni divino, porque Dios es permanencia eterna. Sólo hay una única certeza: la muerte. ¡Sobre estas rocas levantarás tu templo!" A esta voz le salió al paso la otra: "¡Yo soy el Sí! Tengo la voluntad de seguir siendo el fuerte y valiente Sí. Él ha creado, no por casualidad, a la divinidad, al mundo, a todas las cosas visibles y también a mi. De esto estoy seguro. Y esta certeza me vuelve todo sagrado: el firmamento, la tierra, los elementos, y ante todo aquello donde la divinidad universal me permitió abrir los ojos a la luz: mi patria y mi estirpe. La divinidad me dio la vida, y yo construyo sobre la vida. Yo soy yo. Pero no podría serlo sin mi estirpe; no existiría mi estirpe si mi patria no existiera y mi patria no viviría si no hubiera divinidad". "La divinidad no tiene que hacer con tu patria más que con la patria de cualquier otro hombre, porque para ella todos los hombres y todos los pueblos son iguales". Así contradijo la voz primera. La segunda guardó silencio. Por eso me dijo el hombre: -Mi patria ya no existe. La convirtieron en un montón de ruinas y por orden del papa la prepararon para una nueva estirpe. Fuimos