LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 171
Por mucho tiempo me ha sido un enigma
Cómo os soporta en su corro la naturaleza.
Y Cuándo aún era un muchacho, ya os evitaba
A vosotros, corruptos. Mi piadoso corazón,
Que es incorruptible, íntimamente amable se adhirió
Al sol, al éter y a todos los mensajeros
De la gran, largamente presentida Naturaleza;
Porque bien he sentido en mi temor
Que el libre amor de los dioses del corazón
Discutir queréis para servicio común.
Y que yo lo ejecuté como vosotros.
Marchaos. No puedo ver al hombre frente a mí
Que a lo divino trata como una industria,
Su rostro es falso, frío y muerto,
Como sus dioses son. ¿Qué os sorprende?
¡Iros ahora!
Pienso en la intimidad de los muertos. Muy suavemente se oye el
tic-tac del reloj que ella me obsequió.
A LA VERA DE UN CAMINO DEL SUR DE ALEMANIA
Es verano, y he regresado a tierras alemanas. Camino por suelo
alemán. Por techos alemanes me tiendo a descansar. Por mi alma
afortunada suena el “Tandaradei" del señor Walter von der
Vogelweide.
Esta noche la pasaré en Tübingen, donde Hölderin vivió, sufrió
y escribió poesías. Los hombres lo tuvieron por loco. Sí que Apolo lo
había golpeado...
Sentado a la sombra de un manzano, a través de sus ramas y
follaje, le hago un guiño al luminoso cielo. Zumban abejas, avispas
y mosquitos; chirrían los grillos. Una alondra levanta vuelo, con jú-
bilo, hacia la luz. Sacó pluma y papel de escribir de mi mochila.