LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Página 153
casa solariega en el Valle de Cembra. Los condes Consolati son de
ascendencia gótica y de ello siempre han sido conscientes: un
nombre que frecuentemente aparece en las crónicas de la familia es
el de Gauta. (Así sé llamó el primer Amala, un As.) Este nombre
también se conservó Cuándo los Tanhausen, en el siglo XIV por
causas que no conocemos, cambiaron su nombre en Consolati von
und zu Heili Genbrunn, que traducido a la lengua romance quiere
decir -hasta hoy- fontana santa.
Debo acordarme de la Fontana Santa en el Sabarthés, aquella
fuente sagrada en cuyas cercanías hay una cueva, dentro de la
cual los herejes provenzales festejaban la celebración de su
Consolamentum. Todos estos participantes fueron consolados:
Consolati.
En el blasón de la casa, los Consolati ostentan la Manrune. Hasta
cerca de 1790, me contó el conde Consolati, sus antepasados se
habían reunido con los condes Kunigel, Taggenburg y
Wolkenstein -a cuya familia pertenecía el trovador Oswald von
Wolkenstein nacido en el Trosburg (burgo de la consolación
tirolés)- dos veces al año para los solsticios en la rosaleda
bolzana. También se llamó Jardín de Laurín. Siempre
concertaban hermandades de sangre. Esto sólo quiere decir que
estos hijos de godos habían bebido Amor (Minne). Para mantener
en su memoria su sangre gótica común, prometían mantener en
la memoria y el recuerdo -que es Minné- a sus ancestros
góticos. Para esto habían elegido el mismo paraíso de
montañas al que una vez llegó el godo Dietrich von Bern: la
rosaleda de Laurín.
También el beber Amor (Minne) se había convertido -además
del arrianismo, el maniqueísmo y el catarismo- en una espina en el
ojo del papa. En un edicto del año 852 anatematizaron esta antiquí-
sima costumbre como diabólica.
Se pudo saber, además, que en la familia de los Consolati se venera
una piedra de ámbar. Que una vez fue esférica y que terminó