LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 151

a la que vosotros pertenecéis. Para entrar en este reino luci-ferino, que no es el cielo, no se requiere de aquellas llaves del cielo que tiene a su cargo el representante de Jehová y virrey de Jesús Cristo en Roma sentado en el trono de Petrus. Para que vosotros podáis abrir el reino de Lucifer, necesitaréis de una ganzúa. Para poder trans- formarse en partícipes del encanto de las rosas, y para que los curas no lo descubran, hay que cultivar el país de las maravillas. Si así no fuese, incluso podría ser robada la propia llave ladrona. En la baja Alemania, a la ganzúa se le llama ¡Pedrito! Nada está seguro ante Petrus y su servidumbre. EN LA CUMBRE DEL FREIENNBÜHL SOBRE BRIXEN Es una caminata de varias jornadas -que empecé en el pastizal de Seiser y continué pasando por el Peitlerscharte, el Gobler y el Plose- la que me ha traído hasta aquí. En último término anduve por el camino de altura que lleva del refugio de esquiadores del Brixen a Palmschoss, que está situado frente a las extremadamente escabrosas elevaciones de los picos del Geisler-Sass, Irgáis, Furchetta y como se llamen, y recorrí los angostos senderillos entre bosques que van hacia el valle del Afer cayendo cortantes a las faldas del Plóse. Ahora hago un alto en un día de sol radiante sobre un banco cercano a una capilla del bosque, cuyo interior de mal gusto, frío y húmedo me lleva a huir de allí rápidamente. En tiempos pasados, en su lugar, debe haber existido un santuario de la diosa Freya. Freya significa señora, dueña. Es un día apacible. Ni una brisa mueve las copas de los abetos. Un par de nubecillas lechosas se pegan al cielo. En el blanco deslumbrante surgen las montañas Zillertaler, Stubaier, Oetzaler y el Ortler de los Alpes. Las más bajas, Sarntaler de los Alpes, casi al