LA CORTE DE LUCIFER - OTTO RAHN La Corte de Lucifer - Otto Rhan | Page 105
por Cristo. Para la representación viviente del mal sirve en los
ejercicios espirituales una escenificación espeluznante. En toda
su pavorosidad primero se muestra el infierno, repleto de multitudes
de gimientes condenados. Se da comienzo con este ejercicio para
que el discípulo ante todo pueda medir "con la mirada de la imagi-
nación, la longitud, anchura y profundidad del infierno", a conti-
nuación también tienen que actuar los demás sentidos, porque en
estas singulares instrucciones para la dirección del montaje con
su clasificación exacta, según puntuación, se indica:
"El primer punto consiste en que yo, con los ojos de la
imaginación, veo aquellos inconmensurables fuegos abrasadores y
a las almas como metidas en cuerpos ardiendo.
"El segundo punto consiste en que yo, con el oído de la
imaginación, escucho el llanto, el clamor, el griterío, las
blasfemias contra nuestro Señor Cristo y contra sus santos.
"El tercer punto consiste en que yo, con el sentido del olfato de
la imaginación, huelo el humo, el azufre, los charcos y las
cosas putrefactas del infierno.
"El cuarto punto consiste en que yo, con el sentido del gusto
de la imaginación, saboreo las cosas amargas, las lágrimas, la
tristeza, el gusano roedor de la conciencia en el infierno.
"El quinto punto consiste en el contacto, con el sentido del tacto
de la imaginación, con aquellas brasas que cogen y queman las
almas."
Al lograrse esto, se le muestra al ejercitando el ideal que
debe seguir en lo sucesivo: Ignacio le enseña a profundizar en
la vida y pasión de Jesucristo. Como en las imágenes anteriores
sobre el infierno, en esta oportunidad también se emplean
todos los sentidos para provocar imágenes expresivas, y
también ahora Ignacio exige sin cesar una exacta
"representación imaginaria del lugar".
"Entonces tengo que suponerme, como si mirara con el ojo de
la imaginación, las sinagogas, ciudades y ciudadelas que