LA CAVERNA DE SARAMAGO Saramago, Jose - La caverna | Page 51
vine dispuesta a hacer unos cuantos, cuando de pronto, ya con la pella
encima del torno, me di cuenta de hasta qué punto era absurdo seguir
con este trabajo a ciegas, A ciegas, por qué, Porque nadie me encargó
floreros pequeños o grandes, porque nadie espera impaciente que los
termine para venir corriendo a comprarlos, y cuando digo floreros digo
cualquiera de las piezas que fabricamos, grandes o pequeñas, útiles o
inútiles, Comprendo, pero incluso así tendremos que estar preparados,
Preparados para qué, Para cuando los encargos lleguen, Y qué
haremos mientras tanto si los encargos no llegan, qué haremos si el
Centro deja de comprar, vamos a vivir cómo, y de qué, nos quedamos
esperando que la