LA CAVERNA DE SARAMAGO Saramago, Jose - La caverna | Page 123

virtud comunicativa tenemos absoluta certeza, tanto como de las nuestras propias, fue el conjunto de observaciones que acaban de ser expendidas lo que hizo nacer en Marcial Gacho una idea, en seguida transmitida al suegro con el filial alborozo que se adivina, Es posible traer lo que queda de loza de una sola vez, anunció, Ni siquiera sabes cuánta queda, pienso que todavía unas cuantas furgonetas, objetó Cipriano Algor, No hablo de furgonetas, lo que digo es que la loza no será tanta que un camión vulgar no pueda resolver el asunto en una sola carga, Y de dónde vamos a sacar ese precioso camión, preguntó Marta, Lo alquilamos, Será muy caro, no tendré dinero suficiente, dijo el alfarero, pero la esperanza ya le hacía temblar la voz, Un día bastará para este trabajo, si juntamos nuestro dinero, el nuestro y el suyo, estoy seguro de que lo conseguiremos, y además siendo yo guarda interno, tal vez me hagan un descuento, no perdemos nada intentándolo, Sólo un hombre para la carga y descarga, no sé si seré capaz, apenas puedo ya con los brazos y las piernas, No estará solo, iré con usted, dijo Marcial, Eso no, pueden reconocerte, y sería malo para ti, No creo que haya peligro, sólo he ido una vez al departamento de compras, si llevo gafas oscuras y una boina en la cabeza puedo ser cualquier persona, La idea es buena, muy buena, dijo Marta, podríamos lanzarnos ya a la fabricación de muñecos, Eso es lo que pienso, dijo Marcial, También yo, confesó Cipriano Algor. Se quedaron mirándose, callados, sonrientes, hasta que el alfarero preguntó, Cuándo, Mañana mismo, respondió Marcial, aprovecharemos mi libranza, sólo habrá otra ocasión de aquí a diez días, y entonces no valdrá la pena, Mañana, repitió Cipriano Algor, eso quiere decir que ya podríamos comenzar a trabajar de lleno, Así es, dijo Marcial, y ganar casi dos semanas, Me has dado un alma nueva, dijo el alfarero, después preguntó, Cómo lo haremos, aquí en el pueblo no creo que haya camiones para alquilar, Lo alquilamos en la ciudad, saldremos por la mañana para tener tiempo de elegir el mejor precio posible, Comprendo que así convenga, dijo Marta, pero creo que deberías almorzar con tus padres, la última vez no fuiste y ellos estarán disgustados. Marcial se crispó, No me apetece, y además, se volvió hacia el suegro y preguntó, A qué hora tiene que comparecer en el almacén, A las cuatro, Ahí está, almorzar con mis padres, ir luego a la ciudad, todo el camino hasta allí, alquilar el camión y estar a las cuatro para recoger la loza, no da tiempo, Les dices que tienes necesidad absoluta de almorzar más temprano, Incluso así no va a dar tiempo, y encima no me apetece, iré el próximo permiso, Por lo menos telefonea a tu madre, La llamaré, pero no te extrañe que vuelva a preguntarme cuándo nos mudamos. Cipriano Algor dejó a la hija y al yerno 123