LA CASA DE LAS DOS PALMAS la casa de las dos palmas | Page 28

de un hogar un sitio cálido. La bebida se merece un estudio especial. Se evoca su origen sagrado, el Soma, los poetas que la celebraron: Omar El Khayyam, y se llega al disfrute íntimo del licor: “Llega a los labios y sabe bien; pasa a la lengua, mejor; recorre la garganta y se va regando en todo el cuerpo, la sangre lo lleva, los pequeños vasos, corren cerca ríos sabrosos, cantan pájaros, despierta el cerebro y el calorcito bueno y la vida atenta y amable con este atento y seguro servidor”. Confluye el destino de Eusebio y de Medardo. Ambos tienen esa pasión por el hundimiento provocado por la bebida. “Hundirse, destino doloroso y amable...”(77) Están emparentados con “El Cónsul” de la obra Bajo el volcán (78) de Malcom Lowry quien escribe en el prefacio: “Las agonías del ebrio son similares a las agonías del místico que abusó de sus poderes”. Es un abismo sagrado al cual se cae y se purifica. En Tarde de Verano la plegaria: “Hágame caer más bajo para que pueda conocer la verdad”. El libro termina: -“Lo importante es la muerte” - habría dicho Eusebio, si Eusebio viviera todavía”. Contención del dolor de Paula Morales. Tarde de verano es un preludio a las novelas La Casa de las dos Palmas y Los Invocados. Un preludio de sueños: “Entre la vida y la muerte no hay más destino que la memoria”. (79) Vendría luego, en 1988, la publicación de La Casa de las dos Palmas . (80) Trabajó esta novela durante quince años. Se rastrean una primera copia en 1980 y tres más en 1985. Fue dedicada a Alvaro Mutis. Originalmente fueron planeadas cuatro partes: “Tierra fría”, “Tierra caliente”, “Los Invocados”, “El regreso”. Los reportajes confirman esa tetralogía. Luego las dos primeras formaron La Casa de las dos Palmas, la segunda sería Los Invocados, y la tercera El regreso. Continuamos el ciclo mítico de Manuel Mejía Vallejo. Maldiciones y destierros afectan a la familia Herreros. Recuerdan a nuestros primeros padres condenados por Dios a pagar una culpa durante generaciones. Ahora el poder está en manos de sus ministros. Esas maldiciones llevan a muertes violentas, a la errancia de antepasados que no abandonan los lugares donde fueron enterrados. Se convierten en fantasmas, en seres sobrenaturales. Lo mismo pasa con los animales, comparten la suerte de sus amos. Todas son almas en pena cuyas historias se relatan en las veladas y cuyas proporciones crecen a medida que son contadas. El misterio queda entero. Los puentes tienen una larga tradición mítica. Representan un pasaje peligroso y El Puente Cinvat en la mitología Iraní “estrecho como la hoja de una navaja” se encarga de precipitar al abismo a los que han cometido faltas. Abismo o infierno. La Puerta Estrecha cumple la misma función. Así es el Puente de las Brujas por el cual se despeña Juan Herreros. La maldición no puede