LA CASA DE LAS DOS PALMAS la casa de las dos palmas | Page 25

verdades. Que vive gracias a la memoria y al sueño de los hombres, quienes son su pesadilla. El diablo merece un estudio completo con sus demonios, vourdalaks, sucubos, incubos y otras fraternidades. Vive en los Farallones, habita La Casa de las dos Palmas , Balandú, San Lucas de los Huracanes. No es noticia. Aprendemos que “el diablo necesitaba creer en Dios para poder odiarlo”, (68) eso sí es noticia. Más poderoso Dios, más poderoso el diablo. Sin embargo ambos andan juntos a menudo: “Dios y el diablo vinieron a parar en un par de solterones caprichosos”. Debe vivir también gracias a la memoria y al sueño de los hombres y ser la pesadilla de Dios. Pero ese último se merece esta reflexión: “El lenguaje nació por urgencia de la plegaria”... “Tal vez el idioma de Dios es el silencio”. El tiempo también lo preocupa y deduce “Soy tiempo, así sea en su peor forma”. El destino se vislumbra en el niño que tropieza, en la copa que se quiebra, en la caída en el alcohol. La ciudad interviene en esas meditaciones. Su transformación en edificios y “Propiedad horizontal” es el reflejo de la modificación interior de la persona. La conclusión: “Vivimos el más espectacular y corrompido y formidable siglo del hombre”. Una vida “que supera la velocidad del recuerdo”. (69) Bernardo se fuga ¿a dónde? a Guayaquil, por esa trocha del recuerdo. Completa su visión del tango, música para abrir heridas, cercana a la muerte. A Balandú. Encontramos a las Barbaritas, a “Nuevo Mundo”, a Piedad Rojas, al primo Roberto “el cogerayos”, Asdrúbal. La poesía pertenece a Balandú: un viaje mítico, de recordación: “Si vas a un pueblo donde se oye por lo menos el cascoteo de un caballo sobre las piedras... conocerás a Balandú, otra muerte más sobre tu muerte”. “Los Inusitados” se definen: “Que vengan los muertos hermanos. Los Inusitados ” . Este libro está irrigado por Los Invocados . “Algún día volveré a Balandú en busca de mis pasos perdidos, a morir en La Casa de las dos Palmas invocando espec tros de mis antepasados, sus dolidas almas en pena. Vivir no pasaría de ser una invocación”. (70) La “Puerta de salida” es dolorosa, da al abismo que podría presentar alegremente un payaso. Las preguntas: “¿qué querían de mí?”, y el balance incierto. La predicción: “Y moriré de vida. Sé que voy a morir pronto, pero moriré vivo”. A la salida está Dios, y el grito. En 1979 la novela Tarde de verano (71) queda finalista en el Concurso Plaza y Janés. Será publicada por esa misma editorial en 1981. Entramos a la época mítica de Los Fundadores - los Herreros - la cual se extiende a La Casa de las dos Palmas y Los Invocados . La casona de Balandú, alberga a Paula