2-FERMENTOS. Ya que nuestro sistema inmunológico esta mayormente presente en nuestro intestino, lo más lógico es alimentarlo con lo que más necesita, bacterias saludables. Una de las mejores maneras de hacerlo es ingiriendo alimentos fermentados. El truco es conseguir fermentos no pasteurizados, ya que este proceso mata todas las bacterias benéficas que necesitamos. Aunque suena complicado, en casa puedes crear tus propios fermentos como el chucrut, kimchi (un alimento fermentado Coreano hecho a base repollo y especias), kéfir (bebida similar al yogurt líquido que también se puede preparar con zumo o agua) o yogurt. Una simple búsqueda en Google te dará las pautas necesarias para prepararlos.
3-PESCADOS GRASOS. Existe todavía mucha gente con la mentalidad de que la grasa es mala, pero hay que tener en cuenta que no todas las grasas son iguales. En el caso de los pescados grasos tales como el salmón o las sardinas, la grasa que poseen es saludable y necesaria para nuestro organismo. Estos pescados además son ricos en vitamina D, una vitamina liposoluble (lipo=grasa) necesaria para una multitud de procesos en nuestro cuerpo que incluyen reforzar nuestro sistema inmune. La mejor manera de obtener vitamina D es mediante la exposición solar, pero en el invierno es difícil hacerlo así que hay que buscar otras opciones. Los pescados grasos son una de las mejores maneras ya que contienen la grasa necesaria para que nuestro cuerpo absorba la vitamina D