que poseen. Si buscas un suplemento, el mejor (y el más odiado) es el aceite de hígado de bacalao. Búscalo en cápsulas para que lo toleres mejor y a tus peques dales sardinas y salmón de manera habitual.
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4-FIBRA. En este caso hablamos de la fibra soluble que se encuentra en alimentos tales como las manzanas, zanahorias, legumbres y avena. Este tipo de fibra tiene la capacidad de cambiar la “personalidad “de las células inmunes cambiándolas de ser pro-inflamatorias a ser anti-inflamatorias. Recordemos que un estado inflamatorio en general debilita nuestro sistema inmunológico y nos hace más propensos a enfermedades. La fibra insoluble que se encuentra en la gran mayoría de las verduras y frutas frescas es también necesaria para evacuar de manera eficiente los residuos que nuestro cuerpo no necesita y evitar la reabsorción de toxinas dañinas para nuestra salud.
5-TÉ VERDE. Los antioxidantes presentes en el té verde son los responsables de reforzar el sistema inmunológico. Recordemos que los antioxidantes nos protegen del daño causado por los radicales libres. Uno de los antioxidantes presentes en el té verde son los polifenoles, que tienen propiedades anti-inflamatorias que a su vez mejoran nuestro sistema inmune haciendo que responda de manera más eficaz ante las infecciones típicas de esta época. Un par de tazas al día no son solo reconfortantes cuando hace frío sino también saludables. Recuerda comprar té verde de calidad y si es posible de cultivo sin pesticidas ni fertilizantes químicos.