KALEIDOSCOPIO KALEIDOSCOPIO 1 | Page 9

Un día podemos andar dando besos de ceniza y al día siguiente podemos andar clavados en un bar, en una salida podemos andar todos bien al cien y en otra podemos andar con esos mariachis y esos tequilas que nos hacen llorar. Nada nos impide bailar al ritmo de “Tiene espinas el rosal” o del “Chuntaro style”. Hemos de ser las orquestas filarmónicas que desfilan con obras como los huapangos, mambos o el “Vals sobre las olas”, así como las bandas norteñas, hemos de ser los raps de calle que incluyen toda grosería posible conocida y creada por el mexicano, hasta los delicados sonidos electroacústicos que nos presentan los nuevos artistas mexicanos, hemos de ser los que dan tragos de amargo licor y que siguen siendo el rey y no podemos ponernos a decir que está bien o mal, no nos corresponde, no lo ha hecho y nunca lo hará. Y es que veamos, en los últimos años nos hicimos el hermano menor de USA que primero era “mensillo” y sumiso, que mientras crecía se daba cuenta que también podía y que había muchos modos en los que sacaba la casta y dejó de vivir en base a lo que el hermano mayor decía o a las sobras que le dejaba; entonces aquí tienes el nuevo orbe de música mexicana, que mientras mete ritmos de cumbias, banda, hasta de música autóctona, no suelta los sintetizadores, guitarras eléctricas y demás instrumentación de la cual, aunque con influencias anglosajonas, siempre encuentra el modo de hacer suya: a los raperos con sus términos en inglés que no dejan de hablar de cosas que nada más en México se suceden, a los corridos que pueden hablar tanto en inglés como se les presente posible sin dejar de lado el eje central de la canción que es admirar ciertas conductas o personajes meramente mexicanos, y por supuesto conservamos el poder mencionar la riqueza de nuestra multiculturalidad al no soltar a personajes como Pedro Infante o Lola Beltrán,