bueno incluso a personajes como Rocío Dúrcal o Chavela Vargas que se decidieron como mexicanas porque este país las atrapó, como dijo Vargas“ los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”, devolviéndonos a hacer siempre lo de fuera nuestro, a meterle ese tinte mexicano con el que sólo nosotros sabemos cómo pintar las cosas, aunque nos encontremos también con personajes como Luis Miguel, que a pesar de su género se denota como todo menos como mexicano, hasta Paulina Rubio, que se intenta quitar lo mexicano hasta de sus manifestaciones fonéticas, como si lo que lo hace a uno ser lo que es no fuera meramente eso mismo, su habla.
Regreso pues a esto, vamos cada vez agrandando más lo que se toma en cuenta como nuestro, decidimos qué tomamos y qué ni siquiera volteamos a ver, aunque esto a veces se presente de una manera muy contundente. Por ejemplo, recuerdo una frase que muchas veces me tocó ver un tiempo en redes sociales, iba más o menos:“ un día te vas a arrepentir de todas las cumbias que no bailaste por andar de rockerillo”, o la de mucha de mi familia del norte:“ el rock ese es puro pinche ruido feo”, tal vez cierto, tal vez. Hay quienes no salen de ciertos géneros porque no se les presenta hacerlo y aunque se les presente, por gusto no lo hacen, pero es innegable que todo ese mundo de sonidos está ahí, que como dice el dicho“ de noche todos los gatos son pardos”, porque todos llegamos a asociarnos con ciertas partes de la música mexicana, a adaptar muchas cosas o a solamente conocer las que ya nos habían dicho que ahí estaban, porque se da en el folclor que día a día vive el mexicano, mientras camina, mientras va en el camión de un lugar a otro, cuando acude a fiestas, en espacios públicos, bueno hasta cuando hacemos el quehacer tomamos un recorrido por ese alebrije tan hermoso y de tanto deleite( o no) para nuestros oídos.