cuando tengan poco de mexicanos y ya que por mucho que esos
aun cuando los mexicanos sepan «amargados» destrocen la película
tan poco de sí mismos. Es la con su crítica y la rebajen a una
imagen de un México vencido, de «manifestación capitalista con un
un México mártir la que más le pésimo mensaje», lo cierto es que la
remunera, para muestra véase el cinta sabe retratar ese aspecto
marketing que llevan a cabo las familiar que es pilar para la cultura
famosas «Marías», esas mujeres de mexicana contemporánea de un
sangre indígena que han sabido modo bastante fidedigno que gana
construir su emporio en base a la por consenso el aplauso de la
venta de un estereotipo. ¿Estaremos mayoría de «mexicanos»—; pues si
condenados a que incluso una una
visión extranjera sobre México muestra un mensaje más sincero
como la de Coco sea más acertada que toda esa publicidad que busca
que lo que nosotros lleguemos a fomentar la identidad mexicana
decir? Porque alguien en el mundo cuando nadie se lo pidió, uno sabe
supo hacer uso de esa paleta que algo anda mal en el mundo.
policroma que ofrece el México
popular y lo puso bajo forma de un
producto cinematográfico —y que
esto no banalice el trabajo de Píxar,
pues su cometido es tan bien
logrado que tocó el corazón de la
audiencia nacional y unas cuantas,
o más bien muchas, lágrimas fueron
derramadas
como
sinónimo
de
reconocimiento y agradecimiento,
película
animada
infantil
Este México es un mito en
constante reelaboración desde el
momento de su creación, desde el
origen del nombre que designa al
país y su «folklor», un mito que se
expone a sí mismo en la publicidad
engañosa,
en
el
someterse
al
microscopio extranjero, en el seguir
adelante y en la fiesta, aunque,