KALEIDOSCOPIO KALEIDOSCOPIO 1 | Page 22

por ende, fascinante: la de los indios; pero ni siquiera la presenta para glorificarla, porque es una visión heterogénea. La expone un ojo ajeno y ese ojo la discrimina en todos los planos que puede manifestarse más allá de la literatura. Tiffany se percata de ello y afirma: «la cultura originaria como visión antropológica, siento que está aún muy marcada. Tengo una amiga que fue a Perú hace unos años, ella se viste muy libre de faldas indígenas y ese estilo folclórico, y vio una falda, preguntó por ella y le dijeron: “está en $3000 se va a ver muy bonita en su pared”; y mi amiga pensó: “no, pero yo no la quiero para ponerla en la pared, la quiero para ponérmela”. O sea, incluso ellos sienten que no forman parte, que es como algo ajeno, algo que está solamente en una pared, en algún museo o algo así, pero sí siento que está todavía muy desapegado.” Lo identitario se vuelve un elemento que distingue lo banal, un adorno entre muchos que pierde su esencia. La homogeneidad enmarca una ventana vista por un individuo que no logra encajar las partes de lo que su ojo ajeno ve. Se intenta describir del exterior el vaivén de un mundo interno. A pesar de ello, la voz interna de ese marco se hace presente en pocas ocasiones para exteriorizarse; Erik comentó, en este sentido que: «una poeta tarahumara hace un poema de una muchacha que va a Nueva York, y es interesante esa propuesta porque, por ejemplo, una persona pues indígena escribe algo, no ya de sus raíces, sino pues ya de una esfera de cotidianeidad ajena a su manera de ver las cosas; entonces yo creo que estar a favor o en contra del criollismo no es tan importante, más bien la responsabilidad con la que este se hace con el compromiso con el que se está escribiendo”.