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creemos que somos, es pues: ESO , una construcción discursiva, y lo que creemos que somos son dos planos: uno el políticamente correcto, que es criollo y no dejamos de serlo, y el otro recae en lo originario, pero visto desde la perspectiva del criollo que, a pesar de vivir en tercer mundo, se siente más apegado a sus raíces europeas. La alumna de Licenciatura en Letras Españolas, Tiffany Uvalle, concuerda con la opinión de la Doctora Yolanda al decir que ella también lo había pensado así y que, por ejemplo, ahorita que está hispanoamericana del siglo tomando XIX , literatura está viendo cómo la literatura indianista trata de decir que ese no era todo el panorama, que también estaban los indígenas, pero pues nunca se les dio una voz: o sea el indígena estaba ahí, pero seguía siendo aislado, no se conocía en realidad y muchos autores empezaron a decir: «es que tenemos que meterlos para saber más de ellos», pero pues no aguantaron y nunca se logró. ¿Por qué? Porque no lo conocen. En una entrevista hecha al Doctor Andreas Kurz, él nos menciona que esta inclusión de lo originario: «se tarda mucho, hasta finales del siglo XIX , a que exista un verdadero interés antropológico, arqueológico, y científico profundo; y mucho más todavía a que la literatura sea capaz de aprovechar y de integrar, mejor dicho, el pasado prehispánico. En los primeros textos indigenistas de la literatura mexicana (también latinoamericana), sí figuran indígenas, sí figuran muchos aspectos de la cultura indígena y prehispánica, pero casi se usan como adorno».