Buscamos reafirmar una originalidad, una distinción de los demás, esta arista
de lo que pretende ser el mexicano con su “identidad”, el Kaleidoscopio se
hace presente en esta odisea, a pesar de la desoladora profecía de Samuel
Ramos: “Quién pretende hacer una seria investigación sobre “la cultura
mexicana”, se encontrará ante un campo lleno de vaguedades”. Haciendo caso
omiso de este epíteto tan marcado, pretendemos a través de esta investigación
reflejar la pluralidad de identidades a través de los distintos autores de la
literatura mexicana y otros aspectos culturales. Este siglo no es la excepción,
las dudas siguen estando latentes, pareciera que estos 200 y tantos años de
«independencia» se han reducido a la interrogante: ¿qué somos?
Empezamos cuestionándonos acerca de “lo mexicano”, según su
representación literaria, dándonos cuenta de cierto canon presentado, tanto en
literatura como en filosofía, historia, arte y, por ende, en la idiosincrasia de
todo el conjunto de individuos ubicados en este “valle de lágrimas”; esa voz
del pueblo que casi nunca se hace oír es donde se ha de situar la mirada, pues
sólo en la vivencia uno se reconoce. A propósito de ello, Erik Márquez,
estudiante de Filosofía de la Universidad de Guanajuato, en un conversatorio
realizado para recaudar diversas perspectivas refirió: «en mi caso lo veo en las
luchas, en un sentido literario sí tiene un trasfondo muy grande la lucha libre,
por ejemplo, el luchador Canek, que su nombre viene de esta novela de Emilio
Abreu; la construcción va desde el deporte hasta la comida misma, es una
construcción
completa
del
mexicano».
Observamos
las
distintas
personalidades y perspectivas que la población presenta en torno a tan difuso
tema. La Doctora Yolanda Sánchez Alvarado, docente de la Universidad de
Guanajuato, no pudiendo dejar de lado su propia convicción, inmediatamente
pensó en la construcción «criollista», continuó diciendo que, si esto que