Jul 25 2013 (Jul. 2013) | Page 28

Cuadernos del GESCAL . Año 1 , No 1 , Agosto de 2013 19
más tarde ) las potencias extranjeras y el sentir y actuar de nuestros pueblos ( y a veces de sus gobiernos ) como una unidad política antiimperialista . Luís Alberto Sánchez se refería , con esto último , al gran movimiento latinoamericano de solidaridad con la guerrilla nicaragüense de César Augusto Sandino en su lucha contra la ocupación norteamericana entre 1926 y 1933-1934 . Pero también podrían traerse a colación , más recientemente , procesos actualmente en curso .
La lúcida idea de Sánchez de poner América Latina una en el futuro y no en el pasado , fue retomada , dos décadas después , por el brasileño Darcy Ribeiro , quien sostenía que América Latina no era una entidad socio-cultural diferenciada y congruente , sino una vocación , una promesa . A su parecer , la región definía su identidad del hecho de ser el producto de un proceso común de formación en curso , que eventualmente podría conducir en el futuro “ a un congraciamiento de las naciones latinoamericanas en una entidad sociopolítica integrada ”. En este punto , Sánchez y Ribeiro se diferenciaban de posiciones como , por ejemplo , las del argentino Manuel Ugarte , quien a comienzos del siglo XX bregaba por la unidad latinoamericana apelando a tres componentes que concebía como más favorables que contrarios a la unidad latinoamericana : el peso del pasado común , la identidad de la gesta independentista y la “ latinidad ”. Dos componentes pretéritos y uno discutible . Pero esta acotación no invalida la postura de Ugarte , sólo la remite a sumarla al coeficiente histórico de la unidad latinoamericana .
Poner el énfasis en el futuro – es decir , en el proyecto , en la vocación- no significaba ni para el peruano ni para el brasileño , desdeñar la historia . No sólo porque la condición de historiador del primero y de antropólogo del segundo les impelía a tenerla en cuenta , sino porque ambos asumieron responsabilidades políticas ( más fuertemente en el caso de Sánchez ). América Latina era percibida por ambos como no integrada aún , pero como integrable . Pensar en el futuro tampoco significaba para uno y otros ( y sigue significando aún ) escapar del presente . En rigor , como ha escrito el nicaragüense Carlos Tünnermann Bernheim ( 2007 ) “ sólo apoyándonos en nuestro pasado , sin negarlo sea cual fuere , es que podremos construir nuestro futuro con los materiales del presente . Construirlo día a día , no simplemente esperarlo . Negar el pasado es como negarnos a nosotros mismos . Sin él dejamos de ser lo que realmente somos , sin llegar a ser tampoco algo distinto ”.
Los impugnadores ( cuando no los detractores ) de la existencia de América Latina de fines del siglo XX apelaban a “ razones ” variadas para su posición . Para algunos , como acotamos con Verónica Giordano , “ no puede hablarse de América Latina como una unidad por la diversidad y la heterogeneidad de los países que la componen , enfatizando la incidencia de las diferencias económicas , sociales , políticas , étnicas , culturales . Así , la heterogeneidad estructural de la región fue esgrimida como paradigma emblemático de la dificultad , si no imposibilidad , de considerar a América Latina como una totalidad , como una unidad de análisis válida .
“ Otra línea de impugnación , en cambio , apuntaba , aún admitiendo la existencia de América Latina , a la imposibilidad de aprehenderla en su totalidad , tanto por la vastedad y complejidad del objeto cuanto por la imposibilidad de aprehender toda la vastísima bibliografía existente , incluso limitándose sólo a la reciente , cuyo volumen de producción , ha sido ( y es ), por cierto , exponencial . No consiste sólo en libros y artículos de revistas : se suman tesis , monografías y ponencias inéditas . Por añadidura , todo esto fue y es acompañado por el incremento de fuentes , archivos y repositorios ” ( Ansaldi y Giordano , 2012:23 ).
Los argumentos negativos se reforzaban “ con la publicación de una miríada de estudios cada vez más especializados y circunscritos a una temática y una región específicas . (…) Las monografías especializadas fueron una reacción a las síntesis generalizadoras de las décadas