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Cuadernos del GESCAL . Año 1 , No 1 , Agosto de 2013 15
plagados de figuras como Manuel Ugarte ( Funes 2006 ) o como Julio Cortázar ( Gilman 2003 ) que se cansaron de decir que comprendieron y aceptaron cabalmente su pertenencia a nuestro continente sólo tras el obligado paso por París . La muy citada carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar lo vuelve a señalar :
“¿ No te parece en verdad paradójico que un argentino casi enteramente volcado hacia Europa en su juventud , al punto de quemar las naves y venirse a Francia , sin una idea precisa de su destino , haya descubierto aquí , después de una década , su verdadera condición de latinoamericano ?” ( Manjarrez , 1984 )
Muchos de los colombianos que han tomado la decisión de seguir sus carreras académicas y su formación en Argentina , ahora estarán pasando por un trance similar , que es el de convertir a la bibliografía a la que tradicionalmente han leído y clasificado como parte de la sociología , la antropología y la economía nacional , en textos de sociología , antropología y economía latinoamericana . ¿ Cómo fue que se produjo esa mutación ? Está claro que la letra de los libros no se modificó sino que lo que se alteró fueron las condiciones desde las cuales se produjeron ( o se evocaron ) esas lecturas . Los lectores no son figuras en absoluto pasivas , como ya sabemos hace largo rato : sus expectativas y categorías son cruciales para la manera en la que interpretan lo que tienen frente a sus ojos .
Pero junto con el desplazamiento físico hay que anotar también el peso que tienen las tradiciones y las expectativas de las instituciones en las que se radican los investigadores . Muchos científicos sociales exiliados en las décadas de 1970 y 1980 , que encontraron cobijo en instituciones del Atlántico norte , debieron reclasificar unas investigaciones que creían de historia nacional como parte de Latin American Studies o Geschichte Lateinamerikas . De igual manera , muchos de aquellos colombianos que vinieron a Argentina a estudiar descubrieron que las instituciones en las que cursan sus posgrados reclasificaron a actores que normalmente eran “ colombianos ” como “ latinoamericanos ”. Las FARC , el Partido Conservador , los indígenas del Cauca , el emprendedorismo de los empresarios paisas , El Espectador , las reformas urbanas de Medellín , los “ falsos positivos ”, las “ pescas milagrosas ”, todo aquello que parecía inexcusable y sólidamente nacional , al venir aquí , pasa por el prisma de lo latinoamericano .
Cierre
¿ Por qué se escribe y se publica tan poco ( en términos relativos ) sobre historia de América latina , en comparación con lo que se difunde sobre historia nacional o de Europa ? Algunos de los inconvenientes relacionados con el acceso a archivos o la comunicación con posibles entrevistados han sido reducidos cuando no eliminados gracias a la globalización ( asimétrica ) de los flujos información , la expansión de las telecomunicaciones y la digitalización de muchos archivos . La cuestión por la particularidad nacional sigue enseñoreándose , a pesar de que hay muchas otras respuestas esperando su turno y que han comenzado a desarrollarse preocupaciones por las historias conectadas entre los países y actores de América latina ( Prado , 2005 ). El mito de la excepcionalidad nacional es aun hoy el dueño de las preocupaciones de quienes investigan y enseñan sobre historia , incluyendo entre ellos a los formadores de docentes de historia : no es extraño que sus alumnos así lo asuman y reproduzcan en sus aulas . ¿ Se puede cambiar la situación ?, ¿ se resuelve con más financiación ? Ello es deseable , pero hasta que eso ocurra se pueden ir haciendo otras cosas .
He querido poner de manifiesto que la dimensión latinoamericana de los fenómenos que quieren estudiar los historiadores sociales y que pretendemos enseñar en las clases , no deriva tanto de una existencia objetiva de esos fenómenos como de otros factores , por así decir más