Cuadernos del GESCAL . Año 1 , No 1 , Agosto de 2013 13
Sobre las clasificaciones
Cuando uno quiere investigar , aprender y / o enseñar sobre procesos históricos latinoamericanos – y no sólo nacionales- se topa con varias complicaciones . Aquí quiero hablar de una de ellas , que es que la mayor parte de la investigación que lleva adelante la historiografía de nuestro continente es eminentemente de escala nacional . Es decir , los historiadores mexicanos en general escriben más sobre historia de México que sobre cualquier otro tema , objeto o escala . Los historiadores chilenos escriben principalmente sobre Chile ( y quizás sobre los mineros del Norte Grande más que sobre otra región ). Es un punto que ameritaría alguna opinión y discusión , pero no es este el lugar para hacerlo . Tomémoslo como un dato simplemente : la práctica historiográfica que se realiza en los países de América latina ( y del mundo occidental en general ) ha tendido a privilegiar la historia de países por sobre los acercamientos a problemas de alcance continental . Hay sectores de la academia europea y norteamericana que tienen un recorte latinoamericano : existen importantes asociaciones dedicadas a investigar al continente , como Latin American Studies Association ( LASA ), el Consejo Europeo de Investigaciones sociales de América latina ( CEISAL ) o la Red Europea de Información y Documentación sobre América Latina ( REDIAL ). Otras instituciones comparables nacieron del interés primigenio de organismos internacionales como la UNESCO : es el caso del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales ( CLACSO ) creado en 1967 y anteriormente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ( FLACSO ), lanzada diez años atrás ( Ansaldi , 1991 ). Es algo paradójico que sea fuera de América latina donde se hayan constituido las más fuertes tradiciones de investigación sobre el continente y a la vez donde se reconozca con mayor claridad la existencia de un objeto de estudio de alcance supra-nacional , sobre el cual no pesan tantas demandas o ansiedades por reconocer especificidades o particularidades de los países . Parece claro que ese reconocimiento externo tiene como correlato un acercamiento a veces determinista , cuando no prejuicioso , como fueron los esquemas provistos por la teoría de la modernización y el culturalismo anglosajón ( Feres , 2010 ; Palti , 2007 ). En efecto , muchos de esos acercamientos pecaban de suponer que toda América latina poseía una serie de rasgos compartidos – unánimemente negativos- que ahogaban cualquier especificidad nacional .
Para bien o para mal , América latina parece más claramente un objeto de estudio cuando es mirada desde afuera que desde adentro . No estoy diciendo que objetivamente así sea , sino que así lo parece transmitir la constitución de los aparatos académicos a un lado y otro del continente . Está claro que también hay asociaciones y redes con sede en el continente y cuyo funcionamiento y financiamiento es estrictamente latinoamericano . Se puede mencionar a la asociación de historiadores dedicados a cuestiones de América latina y el Caribe ( ADHILAC ), que realiza frecuentemente sus congresos . Incluso en Brasil existe muy activa la Associação Nacional de Pesquisadores e Professores de História das Américas ( ANPHLAC ). El continente ha producido saberes y metodologías para pensarse y para investigar los problemas latinoamericanos , como es el caso del cepalismo o de la teoría de la dependencia , que incluso circularon y fueron apropiadas en otras periferias mundiales ( Deves-Valdes , 2008 ).
¿ Cuál es la diferencia entre ser un latinoamericanista dentro o fuera de América latina ? En Estados Unidos o en Europa , como señaló Gabriela Aguila ( 2012 , 33 ), un latinoamericanista es alguien que estudia una realidad extra-nacional . Su actividad tiene la misma entidad epistemológica que un africanista o un sinólogo ( aunque probablemente no la misma relevancia política o académica ). Ahora bien , en el caso de los latinoamericanistas que son latinoamericanos , el asunto es un poco más complicado , puesto que se trata de hacer una historiografía que incluye y a la vez desplaza a la nacional . Insisto , el punto con el que nos