jOEYMAGAZINE MAYO.pdf May. 2014 | Page 21

¿Cuál es la relación entre las atribuciones del éxito y del fracaso, y las creencias sobre las habilidades, la auto eficacia y la valía personal? Algunos teóricos sugieren que tales factores vienen juntos en tres tipos de conjuntos motivacionales: Orientación Hacia el Dominio, Evitación del Fracaso y Aceptación del Fracaso. Los Estudiantes Orientados Hacía el Dominio Suelen valorar los logros y a considerar las habilidades como mejorables (perspectiva creciente) por lo que se enfocan en metas de dominio para aumentar sus habilidades y sus capacidades. No temen al fracaso, porque éste no amenaza sus sentimientos de competencia ni su valía personal, lo cual les permite establecer metas moderadamente difíciles, tomar riesgos y enfrentar el fracaso de manera constructiva. Por lo general, atribuyen el éxito a su propio esfuerzo, y por lo tanto toman la responsabilidad por aprender y tienen una percepción elevada de la autoeficacia. Muestran un mejor desempeño en situaciones competitivas, aprended rápido, tienen mayor confianza en sí mismos y energía, están más activos, reciben con beneplácito la retroalimentación concreta (ésta no los amenaza) y están dispuestos a aprender “las reglas del juego”, para que logren tener éxito. Todos estos factores favorecen un aprendizaje persistente y exitoso. Los Estudiantes Que Evitan el Fracaso Tienden a seguir una perspectiva de las habilidades como entidad, por lo que se establecen metas bajas de rendimiento. Carecen de un fuerte sentido de competencia y valía personales independientes de su desempeño, es decir, sólo se sienten tan inteligentes como la calificación de su último examen, de manera que nunca desarrollan un sentido de auto-eficacia sólido. Para sentirse competentes, deben protegerse a si mismos (y a su auto imagen) del fracaso. Si en general han sido exitosos, quizá eviten el fracaso, tomando pocos riesgos y “aferrándose a lo que saben”. Sí, por otro lado, han experimentado cierto éxito, aunque también un poco el fracaso, podrían adoptar estrategias contraproducentes –como esfuerzos débiles, el establecimiento de metas demasiado bajas o ridículamente elevadas. O, asegurar que no les importa el resultado. Justo antes de un examen, el estudiante diría “no estudié en absoluto! o “sólo quiero pasar el examen.” Entones cualquier calificación aprobatoria será un éxito. La desidia constituye otra estrategia auto protectora. Las bajas calificaciones no implican una baja habilidad, sí el estudiante afirma “me fue bien, considerando que no inicié mi trabajo final sino