la aquí con toda claridad , nitidez y precisión .
El Yaikouth Schimeoni , glosa completa del Antiguo Testamento ( Ed . Wünsche ), lleno de citas extraídas de obras actualmente perdidas , en el comentario del capítulo 70 de Isaías ( op . cit ., vol . II , pág . 56c ) muestra al Mesías revelándose al pueblo al que deberá arengar , encima del pináculo del Templo . Desde allí deberá proclamar su reinado , la liberación de Israel , y poner en fuga al ocupante romano .
Pero semejante imprudencia nuestro taoma se guardará bien de cometerla . Un crucificado en la familia ya es más que suficiente , y , además , sufrir él a su vez este suplicio significaría arruinar para siempre esa extraordinaria superchería , tan bien montada , pero que por otra parte , por prudencia , convenía no prolongar demasiado tiempo . Porque de antemano había recibido consignas precisas :
« Gemelo de Cristo , apóstol del Altísimo , imciado también tú en la enseñanza oculta de Cristo , has recibido instrucciones secretas ...» ( Hechos de Tomás , 39 .)
La « salida » de nuestro taoma está , pues , cercana , y en esta ocasión hay que rendir un justo homenaje a los ingeniosos zelotas . Conseguir que ese sosias natural de Jesús franqueara los límites de las provincias guardados por legionarios , sin tomar precauciones , era terriblemente peligroso . De modo que imaginaron lo siguiente , de lo que poseemos un eco deformado en el mismo Evangelio de san Bartolomé , que ya hemos citado :
Venderían al taoma , alias Tomás , como esclavo . Al perder así su personalidad civil y convertirse en un simple mueble , como un animal doméstico , al no ser otra cosa que una simple propiedad del mercader de esclavos , no tema que someterse a ningún control . Su dueño sería responsable ante la ley romana , y si se rebelaba o se rugaba , sufriría el suplicio de los esclavos fugitivos o rebeldes : la cruz .
Pero había que prevenir a tiempo a la comunidad judía del lugar de destino , fuera de Palestina , y más concretamente a su fracción mesianista , de que había un esclavo judío , de raza real y davídica , y así comprarían de nuevo al mercader de esclavos , al precio que fuera , a nuestro taoma . Veamos el texto de san Bartolomé . Evidentemente , es Jesús quien vende a su gemelo , pero se les olvida decirnos por qué . De hecho , fue Simón-Pedro quien cerró el trato destinado a asegurar la huida del taoma :
« Kepha ( Pedro ) dijo al mercader : " Éste es nuestro señor , ven a hablar con él de aquello en lo que tú consientes ".
» Entonces el mercader dijo a Jesús : " Salud , hombre poderoso y venerable , pareces un hombre importante y bien nacido ..." Y el mercader
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