Así también comprendemos bastante bien el por qué del silencio , después la reserva , o incluso el rechazo que los Padres de la Iglesia naciente ( y no los menos ) manifestaron ante un texto tan comprometedor . Porque si la policía romana , y por consiguiente el emperador , conocieron la Apocalipsis antes del incendio de Roma en el año 64 ( cosa que puede darse casi por segura ), es comprensible que , después de semejante incendio , en todo el Imperio se incluyera dentro de los crímenes el hecho de ser cristiano .
Y no hay que descartar tampoco , en modo alguno , el hecho de que la lucha de Roma contra el mesianismo de Jesús se hubiera emprendido ya desde sus inicios , y en vida de éste , dado que sus actividades materiales abrían el paso a esa verdadera « llamada a la guerra santa », a esa declaración de guerra « a las naciones » que representaba la Apocalipsis . Veamos por qué :
En la « Carta a la ekklesia de Pérgamo » ( Apocalipsis , 2 , 12-13 ) hay una alusión a un mártir que no se atreve a imponerse , un mártir cuya memoria ningún exegeta osa evocar , ¡ ya que dicho mártir , con su simple recuerdo , hace correr el riesgo de que estalle la Verdad ! Y éste es el asombroso pasaje :
« Y al ángel de la iglesia de Pérgamo , escribe : Así habla el que tiene la espada aguda de doble filo . Sé dónde habitas , es allí donde se halla el trono de Satanás . Pero mantienes firme mi nombre y no negaste la fe en mí ni siquiera en los días en que Antipas , mi fiel testimonio , fue matado entre vosotros , donde mora Satanás ...» ( Apocalipsis , 2 , 13 .)
Observaremos en primer lugar que los « ángeles » a los que Juan recibe la orden de escribir no pueden ser « angelis » en el sentido latino del término , sino « aggelous », en el sentido propio del griego antiguo , es decir , mensajeros , y , en este caso concreto , corresponsales , humanos a más no poder . Se trata ahí de los escribas de cada kahal hebreo . Este kahal es el que luego se convertiría en ekklesia al pasar del original arameo , y luego del hebreo , a la versión griega .
Si hubiera sido de otro modo , nos resulta difícil imaginar cómo se las iba a arreglar el tal Juan para dar a conocer el mensaje de Jesús al ángel protector de una ekklesia , de haber sido dicho « ángel », realmente , un espíritu ...
Y ahora es cuando se plantea el problema : ¿ quién era ese « testimonio » de Jesús , ese mártir llamado Antipas , matado en Pérgamo por su fidelidad a Jesús , antes de que este último hubiera redactado la Apocalipsis v la hubiera enviado a Juan ?
Los Hechos de Pionio , los Hechos de Carpo , la Historia eclesiástica de Eusebio de Cesárea no dicen ni una palabra de él . Eusebio , en su cuarto libro , después de haber citado los mártires de Esmirna , dice lo siguiente :
« Poseemos todavía los Hechos de otros mártires que sufrieron en
30