da por un caballo . Apenas se distinguen vagamente las siluetas de dos hombres , tendidos y atados en el suelo de la carreta . Detrás de los últimos arqueros , y cerrando la marcha , hay un último destacamento de sargentos a caballo .
Bajan a los condenados y los trasladan en barca al islote , donde les espera ya el verdugo y sus ayudantes . Éstos atan fuertemente a Molay y a Charnay con largas cadenas a cada una de las vigas , y a su alrededor amontonan los leños , hasta la altura de las rodillas . Después de haber echado una última mirada hacia la ventana donde sabe que Felipe está mirando , el gran prevoste se gira y hace una señal al verdugo ; al mismo tiempo , un trompeta a caballo , a su lado , toca « fuego ». Tanto en la isla como en las orillas del río , todos han comprendido , y los ejecutores , antorcha en mano , han prendido ruego a los ángulos de cada una de las piras . Como habían tomado la precaución de untar con aceite algunos de los maderos , el fuego prende rápidamente . Se eleva el humo , y , con él , un olor penetrante se va extendiendo poco a poco , primero sobre la isla , luego sobre el río , hasta llegar a las orillas . Es entonces cuando , en medio del crepúsculo que ya oscurece insidiosamente La Cité , un clamor se eleva . En un primer momento se cree que las llamas que brotan de los vestidos encendidos de los dos supliciados son la causa ; pero no , no son gritos de dolor lo que sale de las hogueras . ¡ Es la voz del héroe de San Juan de Acre , la voz que , erigiéndose en estandarte de batalla , veintitrés años antes , el atardecer del 5 de abril de 1291 , arrastraba a la carga templaría en el estruendo de los cascos de sus corceles ! Y , trescientos contra diez mil , el escuadrón blanco y negro , con el gonfalón « plata y sable » en cabeza , arrollaba las líneas egipcias ... 49
Pero en este momento no es ya sino la voz de un hombre que va a morir , la voz de Jacques de Molay , último gran maestre de los templarios .
Instantáneamente , el rumor popular ha enmudecido . El pueblo contiene la respiración , porque lo que clama esa voz es algo terrible , ines-
49 El estandarte del Temple , llamado « Beauséant » (« Bien sentado »), era « mitad oro . milad
subte », es decir , blanco y negro , con lo que recordaba los colores de sus escuadrones : éstos estaban compuestos por caballeros ( cota de armas y manto blancos ), y escuderos ( cota de armas y manto negros ). El nombre de « beauséant » ( beau : bien , bello , y séant : que sienta bien , asentado ...) le había sido aplicado como mote por los Hospitalarios y Teutónicos , a causa de la disposición de sus dos colores , y por celos de los Templarios , que eran los únicos a los que se permitía llevar la Cruz roja de las Cruzadas sobre su manto , privilegio que les había sido concedido por el papa Eugenio III , a petición de san Bernardo .
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