que la puerta de bronce se abría hacia el interior , que es el sentido normal de todas las puertas . Y una llama « brotó del interior a su entrada ...» ( op . cit .) La explicación es muy sencilla . Si se espolvorea de antemano , por prudencia , con polvo y fulminato los primeros metros del pasillo cerrado por la puerta de bronce , al abrir ésta o al poner el pie sobre el fulminato mezclado con arena , la pólvora se encenderá y el fuego saltará al rostro de los profanadores . Ése es el principio de las minúsculas bombas infantiles llamadas « bombas argelinas », o « petardos », en las que algunos granos de sílex mezclados con un poco de fulminato la hacen detonar al más mínimo choque .
En el peor de los casos , las gotas de resina encendida que caerían de las antorchas de los guardias al suelo bastarían para incendiar la pólvora . Todo eso es muy sencillo en nuestros días . Pero en aquella época , en aquel mundo ignorante y profano , parecía milagroso .
Volvamos , pues , a la « resurrección de Jesús » tal como la cuenta Mateo :
« Pasado el sábado , al alba del primer día de la semana , vino María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro . Y sobrevino un gran terremoto , pues un ángel del Señor bajó del cielo y , acercándose , hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella . Era su aspecto como el relámpago , y su vestidura blanca como la nieve . Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos ...» ( Mateo , 28 , 1-2 .)
Observaremos en primer lugar que la escena se desarrolla en un momento en que los judíos no habían podido salir aún de Jerusalén , y nadie podía estar en el sepulcro , excepto los guardianes . Porque el sabbat no terminó hasta la puesta del sol . Y en ese minuto preciso , una vez pasado el sábado según la ley judía , se entró en el domingo , pero dado que era de noche nadie tenía nada que hacer fuera . Y al alba las dos mujeres no temían ser observadas en el Góigota , pues era aún demasiado temprano .
Su llegada atraería la atención de los guardianes , ya fuera por desconfianza , o por galantería , dado que se trataba de dos mujeres jóvenes , tanto María de Magdala como María , hermana de Eleazar . Ahora bien , José de Arimatea ( ahora conocemos su verdadero nombre ) fue quien había preparado el entierro de Jesús ; José de Arimatea , que era « discípulo de Jesús » ( Mateo , 27 , 57 ). Traduzcamos : que era , también , un zelota , ya que Juan ( 19 , 38 ) añade esta precisión : « discípulo de Jesús , aunque en secreto , por temor de los judíos ...». Otro comparsa , Nicodemo , a quien Juan reconoce asimismo como discípulo de Jesús , pero en secreto , porque iba a ver a Jesús « de noche » ( Juan , 3 , 1 ; 7 , 50 ), había llevado una mezcla de aproximadamente cien libras de mirra y de áloes { Juan , 19 , 40 ). Es decir , cincuenta kilos de resinas . En semejante saco hay sitio para disimular la cantidad de pólvora y de fulminato necesarios para hacer saltar la piedra de lado , sin romperla . Por-
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