tín , al griego y al hebreo aquello que constituía el motivo esencial de su crucifixión : « Jesús de Nazaret , rey de los Judíos », añadiendo , quizás , alguna alusión a sus hechos delictivos , lo cual justificaba que fuera crucificado cabeza arriba .
A los judíos deseosos de hacer rectificar , por diplomacia y prudencia , esa inscripción , añadiéndole una precisión suplementaria , « Escribe que él ha dicho : Yo soy el rey de los judíos ...» ( Juan , 19 , 21 ), Pilatos les responde bruscamente : « Lo que he dicho , dicho queda ...» Lo cual demuestra que , para Pilatos , era evidente que Jesús había sido realmente considerado por los judíos como su rey legítimo , aunque fuera clandestino y en potencia , durante todos sus años de actividad , y que era demasiado tarde para que lo negaran .
Así pues , y tal como observaba justamente el doctor Culmann , exegeta e historiador protestante indiscutible , en su pequeño libro Dios y el César , Jesús fue condenado a la cruz como jefe zelota , y ese calificativo bastaba sobradamente para reemplazar a todos los otros delitos , habida cuenta de su gravedad .
Y es también muy probable que los dos « bandidos » que fueron ejecutados con él , a su lado , fueran también zelotas , miembros de su tropa , es decir , a los ojos de los romanos , malhechores . Quizá fueron también capturados en los Olivos , quizá fueron los que « sacaron la espada » y golpearon con ésta ( Lucas , 22 , 49 ). Porque , de otro modo , ¿ por qué le habrían reprochado su impotencia para liberarse él milagrosamente , y también a ellos ? Es altamente probable , asimismo , que , en su desesperación , se acordaran de sus afirmaciones de antaño , cuando en el último momento obtenían la victoria final , gracias a intervenciones sobrenaturales . Porque sólo en Lucas leemos que uno de ellos defiende a Jesús ( 23 , 41 ); en Mateo y en Marcos los dos le injurian por su impotencia . Lucas , por otra parte , aporta una contradicción más , cuando Jesús le afirma al buen ladrón que aquel mismo día estará con él , en el Paraíso . Porque , en ese caso , ¿ qué hay de la famosa estancia de tres días en el seno del Infierno ?
Finalmente , vieron morir a Jesús mucho antes que ellos . Hacia el atardecer , los soldados les rompieron las piernas a golpes de maza , para acelerar esa asfixia de la que morían todos los crucificados , y que éstos evitaban el mayor tiempo posible apoyándose en las piernas . Todavía moribundos , los echaron al pudridero que era la « fosa infame », reservada a los cadáveres de los condenados a muerte , y de la que los Evangelios se guardan bien de hablarnos , porque ésa es , nada menos , la famosa tumba personal de que disponía José de Arimatea .
No obstante , es sorprendente el hecho de que se nos muestre en los
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