EL INVERSOR INTELIGENTE
Inflación y beneficios empresariales
Otra forma muy importante de abordar esta cuestión consiste en
estudiar el tipo de beneficios sobre el capital generado por las empresas
estadounidenses. Dicho tipo, evidentemente, ha fluctuado junto con el tipo
general de actividad económica, pero no ha mostrado una tendencia general
a aumentar con los precios al por mayor o con el coste de la vida. De
hecho, dicho tipo se ha reducido de manera muy acusada durante los
últimos 20 años, a pesar de la inflación experimentada en dicho período.
(En cierta medida, la reducción se debió a la aplicación de unos tipos de
amortización más liberales véase la tabla 2.2). Nuestros estudios extendidos
nos han llevado a la conclusión de que el inversor no puede contar con
obtener un tipo muy superior al tipo quinquenal más reciente obtenido por
el grupo DJIA: aproximadamente el 10% sobre el valor neto de los activos
tangibles (valor contable) subyacente a las acciones.2 Teniendo en cuenta
que el valor de mercado de tales emisiones está muy por encima de su valor
contable, por ejemplo 900 de valor de mercado en comparación con 560 de
valor contable a mediados de 1971, los beneficios sobre el precio de
mercado vigente ascienden únicamente a aproximadamente el 6,25%. (Esta
relación se expresa, por lo general, de forma inversa, o «múltiplo de
beneficios», por ejemplo, que el precio actual del DJIA, que asciende a
900, es igual a 18 veces los beneficios reales de los 12 meses que
concluyen en junio de 1971).
Nuestras cifras encajan perfectamente con la idea que se planteaba en
el capítulo* anterior que sugería que el inversor puede esperar un
rendimiento por dividendo medio de aproximadamente el 3,5% del valor de
mercado de sus acciones, más una apreciación de aproximadamente el 4%
anual, resultante de la reinversión de beneficios. (Se debe tener en cuenta
que en este cálculo se supone que cada unidad monetaria añadida al valor
contable incrementa el precio de mercado en aproximadamente 1,60
unidades monetarias).
El lector alegará que en última instancia nuestro cálculo no tiene en
cuenta el incremento de los beneficios y los valores de las acciones que
resultan de nuestra inflación anual prevista del 3%. Justificamos nuestra
postura en la falta de signos de que la inflación de una entidad equiparable
en el pasado haya tenido cualquier tipo de efecto directo sobre los
beneficios por acción declarados. Las frías cifras demuestran que la
totalidad de la gran ganancia obtenida por la unidad del DJIA durante los
últimos 20 años se debió a un gran crecimiento proporcional del capital
invertido derivado de la reinversión de beneficios. Si la inflación hubiese
operado como factor independiente favorable, su efecto habría sido el de
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Véase la página 42.
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