EL INVERSOR INTELIGENTE
diez puntos porcentuales. Este efecto sorprendió a muchos expertos.
Después de todo, si fuese tan fácil, todo el mundo lo sabría, todo el mundo
lo aprovecharía, y la oportunidad se esfumaría.
¿Cuál era la causa del tirón experimentado por las cotizaciones en
enero? En primer lugar, muchos inversores vendían sus. peores acciones a
finales del ejercicio para generar pérdidas que les permitiesen reducir sus
cuentas con Hacienda. En segundo lugar, los gestores profesionales de
patrimonio actuaban con más cautela a final del ejercicio, en un esfuerzo
por defender sus resultados, en el caso de que fuesen mejores que los del
mercado, o por reducir la repercusión negativa, si sus resultados eran
peores que la media. De ese modo, se mostraban reacios a comprar (o
incluso a conservar) acciones cuya cotización estuviese descendiendo.
Además, si la acción que tenía malos resultados era de una empresa
pequeña y poco conocida, el gestor de patrimonios estaría aún menos
dispuesto a mostrarla en su listado de cartera de final del ejercicio. Todos
estos factores hacían que las acciones de pequeñas empresas se
convirtiesen en gangas momentáneas. Cuando las ventas provocadas por
los efectos fiscales cesaban en el mes de enero, habitualmente se
recuperaban, lo que daba lugar a un sustancioso y rápido beneficio.
El efecto de enero no ha desaparecido, pero sí se ha debilitado.
Según el catedrático de finanzas William Schwert, de la Universidad de
Rochester, si hubiese comprado acciones de empresas pequeñas a finales de
diciembre y las hubiese vendido a principios de enero habría superado al
mercado en 8,5 puntos porcentuales desde 1962 hasta 1979, en 4,4 puntos
de 1980 a 1989 y en 5,8 puntos de 1990 hasta 2001.10
A medida que aumentaba el número de personas que conocía el
«efecto de enero», aumentó el número de operadores que compraban
acciones de pequeñas empresas en diciembre, con lo que éstas eran menos
ventajosas y, por lo tanto, su rentabilidad se reducía. Además, el efecto de
enero es mayor entre las acciones de pequeñas empresas, pero según el
Plexus Group, la principal autoridad sobre gastos de intermediación en el
mercado financiero, el coste total de comprar y vender estas acciones de
pequeñas empresas puede llegar al 8% de la inversión.11 Por desgracia,
después de pagar al intermediario, todos los beneficios obtenidos con el
efecto de enero se habrán evaporado.
10
Schwertex pone estos descubrimientos en un brillante ensayo de investigación,«Anomalies and Market
Efficiency», disponible en http://schwert.ssb.rochester.edulpapers.htm.
11
Véase Plexus Group Conunentary 54, «The Official Icebergs ofTransaction Costs», enero de 1998, en
www.plexusgroup.comlfs_research.htm1.
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