inversiones inteligentes 1 | Page 41

INVERSIÓN EN CONTRAPOSICIÓN A ESPECULACIÓN criterios después de impuestos el rendimiento medio de las acciones oscilaría en torno al 5,3%.5 Esta cifra sería aproximadamente igual a la que se puede obtener en la actualidad con unas buenas obligaciones a medio plazo exentas de tributación. Estas expectativas resultan mucho menos favorables para las acciones en comparación con las obligaciones de lo que eran en nuestro análisis de 1964. (Esa conclusión es consecuencia inevitable del hecho esencial de que las rentabilidades de las obligaciones han aumentado mucho más que las rentabilidades de las acciones desde 1964). Nunca debemos perder de vista el hecho de que los pagos de intereses y principal de las obligaciones de buena .calidad están mucho mejor protegidos y, por lo tanto, son más seguros que los dividendos y las revalorizaciones de las acciones. En consecuencia, estamos obligados a llegar a la conclusión de que en la actualidad, aproximándonos al final de 1971, las inversiones en obligaciones parecen claramente preferibles a las inversiones en acciones. Si pudiéramos estar seguros de que esta conclusión es correcta, tendríamos que aconsejar al inversor defensivo .que pusiese todo su dinero en obligaciones y nada de su dinero en acciones ordinarias hasta que la actual relación de rentabilidades cambiase sustancialmente a favor de las acciones. La cuestión es que, por supuesto, no podemos estar seguros de que las obligaciones vayan a seguir siendo mejor que las acciones a partir de los niveles actuales. El lector pensará inmediatamente en el factor de la inflación como uno de los principales argumentos para sostener lo contrario. En el siguiente capítulo afirmaremos que nuestra considerable experiencia con la inflación en Estados Unidos a lo largo de este siglo no apoyaría la elección de acciones a costa de las obligaciones con los actuales diferenciales de rendimiento. No obstante, siempre existe la posibilidad, aunque nosotros la consideramos remota, de una aceleración en la inflación, que de una o de otra forma acabase haciendo que los valores de capital fuesen preferibles a las obligaciones pagaderas o rescatables por un importe fijo de dinero.* Existe la posibilidad alternativa, que también consideramos extraordinariamente improbable, de que las empresas estadounidenses lleguen a conseguir un nivel tal de beneficios, sin que se combinación con una inflación levemente superior al 2%, una rentabilidad media futura anual del 6% es razonable. (Véase el comentario sobre el capítulo 3). * Desde 1997, cuando se introdujeron los Treasury Inflation-Protected Securities (o TIPS), las acciones han dejado de ser automáticamente la mejor opción para los inversores que esperan que la inflación aumente. Los TIPS, a diferencia de otras obligaciones, aumentan de valor si sube el Índice de Precios al Consumo, con lo que en la práctica inmunizan al inversor contra las posibles pérdidas monetarias debida a la inflación. Las acciones no ofrecen una garantía de ese tipo y, de hecho, ofrecen una cobertura relativamente deficiente contra los tipos de inflación elevados. (Si se desean más detalles, véase el comentario al capítulo 2). 43