EL INVERSOR INTELIGENTE
sobre las modificaciones de los precios de las obligaciones en un capítulo posterior.
3. Expectativas y política a finales de 1971 y principios de 1972
Hacia finales de 1971 era posible obtener un interés sujeto a tributación del 8 % con obligaciones empresariales a medio plazo de buena calidad, y del 5,7 % exento de tributación con unas buenas obligaciones estatales o municipales. En el terreno del más corto plazo, el inversor podía obtener aproximadamente el 6 % en emisiones de la Administración estadounidense reembolsables en un plazo de cinco años. En este último caso, el comprador no tenía que preocuparse de una posible pérdida de valor de mercado, puesto. que estaba seguro del íntegro reembolso incluido el 6 % de rendimiento por intereses, al final de un período de tenencia relativamente breve. El DJIA al recurrente nivel de precios de 900 imperante en 1971 únicamente rinde el 3,5 %.
Partamos de la hipótesis de que en la actualidad, al igual que en el pasado, la decisión de política básica que se debe adoptar es la forma de repartir los fondos entre obligaciones de gran categoría( o lo que se denomina también « equivalente a efectivo ») y las principales acciones de tipo DJIA. ¿ Qué vía debería seguir el inversor en las condiciones actuales, si no tenemos ningún motivo sólido para predecir ni un movimiento sustancial al alza ni un movimiento sustancial a la baja durante un cierto período en el futuro? En primer lugar, hemos de destacar que si no se producen cambios adversos serios, el inversor defensivo debería estar en condiciones de contar con el actual rendimiento por dividendo del 3,5 % respecto de su inversión en acciones y también en una apreciación anual media de aproximadamente el 4 %. Como explicaremos posteriormente, esta apreciación se basa esencialmente en la reinversión por diversas empresas de un importe anual correspondiente con cargo a los beneficios no distribuidos. Haciendo los cálculos con criterios antes del pago de impuestos, el rendimiento combinado de estas acciones alcanzaría, por lo tanto, una media de aproximadamente el 7,5 %, algo menos que el interés ofrecido por las obligaciones de primera categoría. * Haciéndolos con
* ¿ Qué tal resultó la predicción de Graham? A primera vista parece que muy bien: Desde principios de
1972 hasta finales de 1981, las acciones obtuvieron un rendimiento anual medio del 6,5 %.( Graham no especificó el marco temporal de su previsión, pero es razonable suponer que estaba pensando en un horizonte temporal a 10 años vista). No obstante la inflación alcanzó el desorbitado nivel del 8,6 % anual durante este período, con lo que canceló todos los beneficios generados por las acciones. En esta sección de este capítulo, Graham resume lo que se conoce como « ecuación de Gordon » que básicamente afirma que el rendimiento futuro del mercado de valores es la suma del rendimiento por dividendo actual más el crecimiento previsto de los beneficios. Con un rendimiento por dividendo levemente inferior al 2 % a principios de 2003 y un crecimiento de los beneficios a largo plazo de aproximadamente el 2 %, en
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