inversiones inteligentes 1 | Page 27

COMENTARIO A LA INTRODUCCIÓN Sir Isaac Newton fue uno de los hombres más inteligentes que han vivido, empleando el concepto de inteligencia que más habitualmente utilizamos. Sin embargo, según los términos de Graham, Newton distaba mucho de ser un inversor inteligente. Al dejar que el rugido de la multitud se impusiese a su propio juicio, el mayor científico del mundo actuó como un tonto. En pocas palabras, si hasta el momento sus inversiones han fracasado, no es porque sea usted estúpido. Es porque, al igual que Sir Isaac Newton, no ha adquirido la disciplina emocional que es imprescindible para tener éxito en la inversión. En el capítulo 8 Graham explica de qué manera se puede mejorar la inteligencia utilizando y controlando las emociones y negándose a rebajarse hasta el nivel de irracionalidad del mercado. En ese capítulo podrá aprender la lección de que ser un inversor inteligente es más una cuestión de «carácter» que de «cerebro». Crónica de una calamidad Detengámonos un momento a analizar algunos de los más importantes acontecimientos financieros que han tenido lugar en los últimos años: 1. La peor crisis de mercado desde la Gran Depresión, en la que las acciones estadounidenses perdieron el 50,2% de su valor, o lo que es lo mismo, 7, 4 billones de dólares, entre marzo de 2000 y octubre de 2002. 2. Descensos mucho más acusados en la cotización de las acciones de las empresas que más interés habían suscitado durante la década de 1990, como por ejemplo AOL, Cisco, JDS Uniphase, Lucent y Qua1comm, además de la destrucción absoluta de centenares de valores de Internet. 3. Acusaciones de fraude financiero a gran escala en algunas de las empresas más respetadas y de mayor tamaño de Estados Unidos, como por ejemplo Enron, Tyco y Xerox. 4. Las quiebras de empresas que en cierto momento llegaron a estar mejor consideradas que si hubiesen sido de oro, como por ejemplo Conseco, Global Crossing y World Com. 5. Alegaciones de que las firmas de contabilidad habían manipulado los libros e incluso habían destruido registros para ayudar a sus clientes a engañar al público inversor. 6. Acusaciones de que los ejecutivos de grandes empresas habían desviado cientos de millones de dólares para su propio lucro personal. 29