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MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE SATIPO – JUNIN - PERU
INVENTARIO TURISTICO Y CULTURAL
DE LA PROVINCIA DE SATIPO
Era entonces Virrey del Perú Don José Antonio de Mendoza.
La mañana del 3 de junio de
1742, dos negros fugitivos
informaron a Fray Manuel del
Santo y a Fray José Cabanes
de sorprendentes sucesos al
interior de la Montaña. Un
singular
personaje
estaba
alborotando los pueblos con un
extraño mensaje: “…viene este
Indio, que dice ser Inca del
Cuzco
llamado
Atahualpa
traído por el río por un curaca
Simirinchi, que
se llama
Bisabequi, y dice que deja en
el Cuzco tres hermanos, uno
Gráfico Nº 11 REBELION DE JUAN SANTOS ATAHUALPA, MEDIANTE EL
mayor que él y otros dos
CUAL SE DESTERRO A LOS INVASORES DE toda LA SELVA CENTRAL
menores; y que él tendrá poco
más de treinta años; que su casa se llama piedra. Su ánimo es, dice, cobrar la corona
que le quitó Pizarro y los demás españoles, matando a su padre (que así le llama al
inca) y enviando su cabeza a España”. (Carta de Fr. Manuel del Santo, Fr. José Cabanes
y Fr. Domingo García a Fr. José Gil Muñoz el 2 de Junio de 1742. A.G.I., Lima, 541.
Días después de la llegada de Juan Santos al Gran Pajonal, las “coversiones” del
Perené, Cerro de la Sal, Chanchamayo y Ene, son abandonadas por todos los nativos.
Juan Santos envía emisarios con la orden de reunión en el Gran Pajonal. Todos acuden
al llamado del líder, como si la señal se hubiese aguardado calladamente desde
siempre, como si su espera se hubiese transmitido de padre a hijo mezclada con las
otras tradiciones. A los nativos reducidos en Sonomoro que mandan a decir a Juan
Santos que no pueden moverse porque hay demasiados negros que lo impedirían, este
contesta que tiene “…pies para irlos a buscar” (Jiménez de la Espada, M.).
Hacia el mes de junio de 1743, Juan Santos y sus rebeldes, se acercan a la misión de
Kimiri e indican al padre Lorenzo Núñez que abandone la misión. Santos aprovecha la
oportunidad para liberar a dos prisioneros: un lego franciscano y al alcalde de Kimiri,
quienes fueran enviados como espías por Núñez poco antes hasta su campamento.
Estos a llevan un mensaje para los indios de la cordillera “...Santos no quiere hacer
daño a los indios quechua, ni a nadie, solamente quiere lo suyo” (Izaguirre, B.). La
noticia fue celebrada en Tarma con bailes y cantos, los indios anuncian que tomarán
chicha en las calaveras del padre y del gobernador. Con esta acción Santos había
ganado la confianza de los indecisos quechuas propiciando además una masiva
adhesión a su movimiento. Poco después se tomarían severas medidas militares para
evitar la deserción de los indios de la sierra, viéndose en la necesidad de construir
hasta dos fuertes uno en Chanchamayo y el otro en Oxabamba (Amich, José).
Los primeros días de agosto de 1743 el río Chanchamayo se llena de nativos
asháninka, piro, amuesha y mochobo, el padre Núñez huye pero es apresado por los
rebeldes que traen un mensaje de Juan Santos: “...si los españoles desean verlo que
lo esperen en Tarma”. Al mensaje de Juan Santos no se le da importancia, se creen
divagaciones de un indio arrogante que no ha probado la fuerza de las armas,
interpretando su generosidad con los prisioneros como debilidad y miedo.
En octubre del mismo año una tropa conformada por dos compañías, ocho piezas de
artillería y 200 milicianos reunidos en Tarma arriban a Kimiri pero de Juan Santos no
hay rastro. Se decide construir un fuerte que queda al mando del capitán Fabricio
Bartoli con 80 hombres traídos desde el Callao. Cuatro días después del retiro del
grueso del ejército aparecen los rebeldes y rodean el fuerte. Durante un mes Juan
CONSULTOR: HENRY GINES S.
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