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MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE SATIPO – JUNIN - PERU
INVENTARIO TURISTICO Y CULTURAL
DE LA PROVINCIA DE SATIPO
Pachitea, donde encuentran un gran pueblo Cunibo al que dan el nombre de San
Miguel. Es el 29 de setiembre de 1685.
Los positivos informes de los enviados impulsan a Biedma a realizar una nueva
expedición, la que logra realizar un año después, a fines de agosto de 1686. El gobierno
de Lima pone a su disposición una docena de soldados y dos negros al mando del
capitán Francisco de Rojas y Guzmán.
El 30 de agosto de 1686 los franciscanos se encuentran bajando por el río Tambo,
acompañan a los españoles algunas canoas Cunibo. De pronto, desde una ensenada,
aparecen dos nativos; uno Mochovo y el otro Campa. Los misioneros se acercan a ellos
y les ofrecen agujas y campanitas pero éstos rechazan los regalos y frente a las
insinuaciones doctrinales de Biedma, el asháninka contesta “…con pertinencia herética
diciendo que nosotros adorábamos un palo (la Cruz) y que su dios les daba chacras y
de comer; y buelto a los cunibos les decía que mirasen que les llevábamos engañados
pa hacerles esclavos…” (Huerta, F.). La historia se encargaría de darle la razón al sabio
asháninka. Al arribar la expedición, los primeros días de setiembre de 1686 a San
Miguel de los Cunibos, se dan con la sorpresa de que los jesuitas se les habían
adelantado levantando una capilla, bautizando unos 50 indios, nombrando justicias y
dejando allí dos intérpretes y dos doctrinarios omagua (Amich, José).
Los primeros días de octubre de 1686 Biedma recibe de unos cunibos la noticia de
que los jesuitas de las misiones del norte quieren volver a San Miguel para castigar a
los nativos del Taraba (Río Tambo) por la muerte del jesuita Herrera, ocurrida unos
meses antes. Biedma y los demás deciden volver a San Luis del Perené para evitar un
enfrentamiento con estos.
Se organiza la expedición de
regreso guiados por el curaca
Cayampay, bautizado como
Don Felipe. Junto a ellos van
además 180 indios Cunibo de
guerra en 30 canoas los que
son fácilmente convencidos a
participar en la expedición con
el atractivo de una “correría”
entre los Piro para castigarlos
por la muerte del hermano
jesuita
(se
denominaba
correría a los saqueos y robo
de mujeres y niños que
habitaban
en
las
aldeas
nativas adyacentes a los ríos).
Los Cunibo que viven en San
Gráfico Nº 9 LAS CORRERIAS
Fuente: PINACOTECA DEL CONVENTO DE SANTA ROSA DE OCOPA
San Miguel, y que son descritos
como piratas poco dados a la artesanía, “…son grandes corsarios y viven de robar y
matar otras naciones// por cuya causa no fabrican ropa alguna para su vestuario…”.
Tan buena es la fama de los cunibo como navegantes guerreros que el padre Antonio
Vital aconseja al comisario general franciscano, que estos indios sean utilizados para
la conquista y dominación de las otras tribus (Veraun, B.).
Los Cunibo que acompañan de vuelta al Perené, antes a Huerta y después a Biedma,
confirman plenamente su tradición de piratería. Nos cuenta el padre Huerta: “…al
segundo día de la entrada de nuestro Ene (río Tambo) saltamos en tierra y sestear por
la fuerza del sol y siguiendo algunos rastros de gente a poco trecho llegaron los indios
(Cunibo) a unos ranchos de Campas y sercándolos los saquearon cautivando las
mujeres con sus hijos y robándoles quanto tenían”. Los Cunibo continúan saqueando
por uno y otro lado del río hasta llenar sus canoas con más de 40 prisioneros y muchos
CONSULTOR: HENRY GINES S.
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