Distinciones teóricas en antropología
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gravitando en torno a lo político, a lo ético-existencial o a lo estético.
En cualquiera de estos campos (el del saber, el de lo político, el de
lo ético-existencial o el de lo estético), pero también entre ellos,
se encuentran diferentes y a veces contradictorias formaciones
discursivas en un momento dado desde donde se articulan efectos
de verdad y se despliegan relaciones de poder.
Por arqueología Foucault entiende la estrategia metodológica
que permite describir formaciones discursivas específicas, tanto
en la identificación de sus enunciados como en las relaciones que
se establecen entre estos enunciados y de los enunciados con las
prácticas no discursivas con las que están articulados. La arqueología
de la locura, por ejemplo, hace una indagación acerca de cuándo
surgen los enunciados que constituyen a la locura, pero también con
qué conceptos, desde qué posiciones de sujeto y desde qué contexto.
2. La historicidad radical. El postestructuralismo es una teoría que
se pregunta por la historia del presente cuestionando los supuestos
teleológicos del historicismo convencional. Esto significa que
desde una perspectiva postestructuralista la pregunta ¿cómo
hemos llegado a ser lo que somos?, es una pregunta que
escudriña los puntos de emergencia, las transformaciones y
dispersiones de lo que hoy constituye nuestro presente. Pero
no es una historia en el sentido convencional, ni mucho menos
un historicismo. No es historia convencional porque ésta
opera dentro de paradigmas de análisis social y nociones de
totalidad opuestas a la concepción postestructuralista. La historia
convencional pretende realizar una “historia del pasado” (no del
presente), un saber de anticuario, muchas veces desde perspectivas
funcionalistas, estructuralistas o marxistas que, como nos
recuerda Foucault, son abiertamente deseventualizantes.
La historicidad radical del postestructuralismo constituye una
crítica contundente al presentismo histórico, que con frecuencia