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Intervenciones en teoría cultural
Brown, por ejemplo). Con esto, se da un desplazamiento de
la mirada del científico (figura del biólogo o el físico) sobre la
conducta para pasar a la del interprete (figura del lector) de la
cultura como texto. De la biología como referente inspirador
del antropólogo se pasa a la hermenéutica o la crítica literaria
como referentes intelectuales.
Es por esto que Geertz utiliza la figura del lector de un antiguo
e incompleto manuscrito escrito en una lengua extraña, para
ilustrar lo que significaría la labor etnográfica:
Hacer etnografía es como tratar de leer (en el
sentido de ‘interpretar un texto’) un manuscrito
extranjero, borroso, plagado de elipsis, de
incoherencias, de sospechosas enmiendas y de
comentarios tendenciosos y además escrito, no
en las grafías convencionales de representación
sonora, sino en ejemplos volátiles de conducta
moderada (Geertz [1973] 2005a: 24).
El etnógrafo trabaja sobre interpretaciones que él mismo construye
y, en múltiples ocasiones, sobre interpretaciones que los mismos
‘nativos’ hacen de sus prácticas culturales ante las preguntas
del etnógrafo; en este sentido, trabaja con interpretaciones de
interpretaciones. Los ‘datos’ son interpretaciones (y, a veces,
interpretaciones de interpretaciones). Se puede, por tanto,
oponer el interpretativismo al positivismo. El interpretativismo
considera que la realidad social es producida por los significados
que los actores tienen sobre el mundo. El sentido es constitutivo
de la realidad social. Para el positivismo, la realidad social es
algo dado, independiente de las experiencias subjetivas. La
distinción sujeto/objeto como entidades claramente diferenciadas
e independientes es una premisa fundamental del positivismo
a partir de la cual se sustenta su concepción de la neutralidad