56
Intervenciones en teoría cultural
una concesión al relativismo epistémico sino el reconocimiento
de la historicidad, alcances y límites de las diferentes corrientes
de la antropología. Por supuesto que en ciertos aspectos y con
respecto a determinados problemas, unas estrategias explicativas
son más adecuadas que otras. Pero, por eso mismo, no podemos
considerar que las teorías antropológicas contemporáneas sean
necesariamente mejores para cualquier tipo de pregunta o
problema de investigación que las clásicas.
Reynoso ha llamado la atención frente a la distinción entre teorías
antropológicas contemporáneas y clásicas que engloba a estas
últimas de forma simplista, desconociendo su heterogeneidad
e inventando mediante argumentos descalificantes una entidad
imaginaria. En sus palabras: “La antropología convencional […]
es en buena medida una construcción postmoderna sobre la que no
se reflexiona, y que posibilita, en un orden atestado de retorica, la
demostración de las villanías que quieran demostrarse” (Reynoso
2003: 57). Algo parecido, aunque inverso, puede suceder cuando
se habla de ‘antropología postmoderna’ en tanto su supuesta
homogeneidad es más una construcción discursiva de quienes la
miran con recelo o celebran de manera simplista.
Como es bastante común confundir el giro textual (la cultura
como texto) del interpretativismo con las discusiones sobre la
escritura etnográfica y las políticas de la representación asociadas
a la antropología postmoderna, he considerado relevante empezar
con una breve y esquemática presentación del interpretativismo
en antropología. No debemos olvidar, sin embargo, que el
interpretativismo es la última de las grandes teorías clásicas
de la antropología. No sólo marcó una serie de problemas y una
generación de antropólogos, sino que extendió su influencia a otras
disciplinas bajo lo que se ha concebido como ‘el giro cultural’ en la
historia o en la geografía.