Intervenciones en teoría cultural | Page 52

La cultura en la imaginación antropológica 51 generando su propia metacultura […], su propio ‘régimen de verdad’ acerca de lo que es cultural y no lo es” (2005: 16). Retomando los planteamientos de Briones de la contingencia histórica de la categoría de cultura, mi propuesta es que abandonemos la cultura como eje central en el análisis antropológico y que, cuando la retomemos, sea para examinar los discursos, prácticas y disputas que se han establecido en nombre de la cultura, no sólo en la academia sino fuera de ella. Dos son los componentes de mi propuesta. En primer lugar estaría el abandono de las garantías de la cultura como término y como concepto central para el análisis antropológico. Mi problema no radica tanto en las ‘confusiones’ o las ‘malas’ utilizaciones que del término y los conceptos de cultura puedan darse dentro o fuera de la academia. Tampoco es tanto la dificultad de la labor antropológica si sigue usando la palabra (o el concepto) para socavar los imaginarios sociales racializantes que circulan asociados al término de cultura. Esas son, sin duda, dos dificultades importantes que hay que e nfrentar. No obstante, desde la perspectiva disciplinaria, me parece más problemático aún que al recurrir a la cultura los antropólogos tiendan a asumir unas seguridades analíticas que a menudo operan como clausuras del pensamiento. Es común entre estudiantes y algunos colegas que la cultura opere como un lugar común en sus análisis, introduciendo ciertas certezas y ahorrándose toda una serie de problemas. Muchas veces se asume la cultura como una cosa-allá-en-el-mundo que ellos simplemente describen o interpretan. Otras, menos comunes, se la considera una dimensión constitutiva de lo social que difícilmente puede ser objeto de trazamiento de cerramientos fronterizos. No obstante, la cultura funciona en ambos casos como una certeza, una seguridad de lo que tiene que hacerse y conocerse que hoy empobrece significativamente la labor antropológica. El culturalismo no es más que la radicalización de estas certezas