48
Intervenciones en teoría cultural
fragmentariedades y voluntades individualizadas en las que
caen ciertos constructivismos.
Aunque reconozco lo valioso de estas propuestas que abogan por
mantener la cultura (como núcleo conceptual en Trouillot y como
término y concepto en Grimson), para cerrar este capítulo argumentaré
acerca de las ventajas analíticas y políticas que supondría adelantar
una antropología sin la cultura, es decir, sin las certezas del término
y del concepto. Tomo distancia frente a conservadores y reformistas
para identificarme con una posición abolicionista sobre la relevancia
analítica de la cultura en la labor antropológica.14
Una antropología sin las garantías de la cultura
No es una exageración afirmar que desde hace ya algún tiempo
la cultura ha escapado al control de los antropólogos y de
la ‘órbita de la antropología’. Se habla sobre la cultura y se
disputa en torno a ella no sólo desde los más diversos campos de
conocimiento, sino también en disímiles terrenos de lo político.
De ahí que Trouillot anote que “La reciente difusión masiva de la
palabra ‘cultura’ espera por su etnógrafo […]” (2011: 176). Las
culturas como objeto de estudio han dejado de ser patrimonio de
la antropología, si es que alguna vez realmente lo fueron.
Ya no se puede afirmar cándidamente que la antropología es
el estudio de la cultura (o de las culturas). En el mejor de los
escenarios sería un tipo de estudio o un conjunto de ellos, entre
_______________
14
Aquí estoy utilizando de manera suelta la distinción entre reformistas y
abolicionistas propuesta por Hannetz (1992) y comentada por Grimson (2008:
62-63). Los reformistas serían los que quieren mantener el término de cultura,
reformando el concepto. Los abolicionistas serían qu