La cultura en la imaginación antropológica
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tanto su arbitrariedad; y c) oculta también la violencia que implica
toda adaptación del individuo a la estructura (García Canclini
1982: 39-40). Esto hace que desde el poder cultural se articulen
la normalización e individuación, pero también se establezca la
superficie misma de la confrontación y la disputa.
En estos planteamientos de García Canclini se encuentra uno de los más
interesantes desplazamientos del interés antropológico, de la diferencia
a la desigualdad. En un reciente artículo, el antropólogo mexicano
Luis Reygadas (2007) ha indicado que la antropología en su país fue
profundamente impactada por el ‘giro cultural’ y el posicionamiento
del ‘multiculturalismo’, lo que hizo que las preocupaciones de los años
setenta por la desigualdad fuesen subsumidas por preocupaciones
en torno a la diferencia cultural. De las acertadas críticas a una
concepción muy simplista de la desigualdad como simple explotación
económica durante los años setenta, se cayó en los ochenta y noventa
en un culturalismo que abandona “[…] conceptos como explotación,
justicia social y desigualdad […]” (Reygadas 2007: 345).
Para Reygadas, este ‘giro cultural’ tiene importantes implicaciones
para complejizar los abordajes de la desigualdad, ya que “[…]
fue fundamental para refutar los enfoques economicistas y
para entender la centralidad de los procesos simbólicos en la
construcción y deconstrucción del estatus, las jerarquías y las
disparidades” (Reygadas 2007: 346). Por lo que, continua, “Hoy
estamos en mejores condiciones para entender que la desigualdad
no sólo es resultado de la distribución dispareja de los medios
de producción, sino también es producto de una construcción
política y cultural cotidiana, mediante la cual las diferencias se
transforman en jerarquías y en acceso asimétrico a todo tipo de
recursos” (2007: 347).
No obstante estas valiosas contribuciones, considera necesario
subrayar una serie de problemas en el análisis asociados ‘giro