Intervenciones en teoría cultural | Page 38

La cultura en la imaginación antropológica 37 las experiencias de larga duración de muchas poblaciones en el mundo, sino que no dan cuenta de ciertas confluencias y regularidades en la marcación de diferencias. De ahí que Grimson proponga mantener la idea de cultura, más como una configuración en la que no sólo aparecen rasgos diferenciadores sino que hay un régimen de articulación de dichos rasgos. Pensar en términos de configuración no significa homogeneidad (que todos los participantes de una cultura lo hagan de la misma manera) y aceptación (que sea aceptada por todos y en los mismos términos), sino que establece los términos y el terreno de las heterogeneidades y de los rechazos. Cuando se piensa en la configuración se hace énfasis en prácticas sedimentadas en entramados de relaciones de poder hechas espacialidades, corporalidades, subjetividades, legibilidades e inteligibilidades. Por esto, las distintas configuraciones culturales suponen campos de posibilidad, tramas simbólicas compartidas, lógicas de interrelación (y de definición) entre las partes. Sherry Ortner (2005) y Alcida Ramos (2004) consideran que los argumentos a favor de abandonar la cultura por parte de los antropólogos, en el preciso momento en que los líderes y pueblos indígenas se lo han apropiado políticamente para agenciar una variedad de reivindicaciones, son, cuando menos, sospechosos. Ortner subraya que el concepto de cultura no es inherentemente un concepto conservador ya que “[…] si bien reconocemos los peligros muy reales de la ‘cultura’ cuando se la pone en juego para esencializar y demonizar a grupos enteros de personas, también debemos admitir su valor político crítico, para entender tanto el funcionamiento del poder, como los recursos de quienes carecen de él” (Ortner 2005: 31). Por tanto, el concepto de cultura depende de quiénes se lo apropian y para qué es puesto en juego ya que puede ser conservador y esencializador cuando es instru mentalizado por los sectores dominantes para reproducir su poder, pero también