182
Intervenciones en teoría cultural
sociales e históricos concretos en los cuales emergen, se transforman
y despliegan. Es en este sentido es que se afirma frecuentemente que
los alcances y especificidades de la noción de raza, al igual que la red
de categorías raciales que incluye, son históricamente construidos.
La consecuencia de toda esta línea de argumentación es que las razas
existen como hechos sociales, como fabricaciones culturales; lo cual
no quiere decir que para los seres humanos se pueda fundamentar
desde la biología la existencia de las razas como entidades discretas
genotípica o fenotípicamente. Dicho de otra manera, las razas sólo
existen en el plano los imaginarios y prácticas sociales, en la historia
y la cultura; pero no en la biología o en la ‘naturaleza’. La existencia
biológica de las razas es uno de los más poderosos mitos del sentido
común. Por eso, hay que analizarlo como se hace con otros mitos:
esto es, como el resultado de articulaciones de imaginarios sociales
que, por lo general, tienden a conservar las relaciones de autoridad y
poder en una sociedad determinada.
El pensamiento racial como legado colonial
Este aspecto de su asociación con la reproducción de unas
relaciones de poder se evidencia claramente cuando se estudia
el origen e historia de las categorizaciones raciales. Aunque las
diferentes sociedades han establecido criterios de clasificación entre
propios (pertenecientes a la misma agrupación social) y extraños
(forasteros) de un lado, y del otro han establecido distinciones y
jerarquías al interior de la propia sociedad, es sólo con la expansión
colonial europea que se acuñan y operan las categorizaciones
raciales. La noción de ‘raza’ y las categorías raciales representan
uno de los componentes