Intervenciones en teoría cultural | Page 159

158 Intervenciones en teoría cultural clasificaban de acuerdo con su religión. Sin embargo, el principio de base era racial. ‘La pureza de sangre’ que sirvió para establecer la dimensión y los límites entre moros y judíos era religiosa, pero en realidad se basaba en una ‘evidencia’ biológica. En el siglo XIX, cuando la ciencia reemplazó a la religión, la clasificación racial pasó del paradigma de la ‘mezcla de sangre’ al del ‘color de la piel’. A pesar de las distintas configuraciones, el paradigma esencial del mundo moderno/colonial para la clasificación epistemológica de las gentes, estaba basado en distinciones raciales, ya que fuera piel o sangre, los rasgos discriminadores eran siempre físicos (Mignolo 2001: 170). Sin duda la expansión colonial europea ha estado ligada a la distinción y jerarquización de lugares y gentes, como componentes de las tecnologías de dominación y de legitimación de exclusiones y de explotación del trabajo y de los territorios. Algunas de estas distinciones y jerarquizaciones han sido racializadas, pero ¿siempre lo han sido y lo son? En otras palabras, la ¿única modalidad de diferenciación y jerarquización asociada al colonialismo es la racialización? Para los autores arriba mencionados la respuesta es simple y directa: no cabe la menor duda. Sin embargo, si se examinan en detalle los fundamentos de sus argumentos o se contrastan fuentes antiguas o recientes es posible argumentar que no siempre nos encontramos con racialización, incluso cuando están en juego aspectos que tendemos a pensar como tales, como el color de la piel y palabras como negro o blanco. Para ser más precisos, nuestro planteamiento es que la