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Intervenciones en teoría cultural
Anterioridades
Parece existir un consenso entre diferentes académicos respecto
a que los conceptos raciales son construcciones históricas sobre
los que se han establecido múltiples articulaciones , las cuales
desbordan los contornos del ‘racismo científico’ y su reificación del
determinismo biológico propias de finales del siglo XIX y primera
mitad del XX. Para algunos, la idea de raza y el racismo se encuentran
asociados a la diferenciación y jerarquización de la fuerza de trabajo
y a la inferiorización de poblaciones propia de la emergencia
y consolidación del sistema mundo capitalista (Quijano 2000,
Wallerstein [1983] 1988). Desde esta perspectiva, el surgimiento del
pensamiento racial y la expansión del colonialismo europeo, desde
al menos el siglo XVII, son dos procesos interrelacionados.
En un libro de principios de los ochenta titulado El capitalismo
histórico, Wallerstein argumentó como el racismo constituye una de
las doctrinas o pilares ideológicos del capitalismo histórico. Señala
que el racismo “[…] fue la justificación ideológica de la jerarquización
de la fuerza de trabajo y de la distribución sumariamente desigual
de sus recompensas” (Wallerstein [1983] 1988: 68). La ‘etnización’
de la fuerza de trabajo a nivel global como operación fundamental
en la constitución del sistema mundo encuentra en el racismo una
ideología global que justifica la desigualdad: “Los enunciados
ideológicos han asumido la forma de alegaciones de que los rasgos
genéticos y/o ‘culturales’ duraderos de los diversos grupos son la
principal causa del reparto diferencial de las posiciones en las
estructuras económicas” (Wallerstein [1983] 1988: 69).
Por su parte, Aníbal Quijano ha propuesto el concepto de
colonialidad del poder, según el cual la racialización de las
relaciones de poder, se convirtió en “[…] el más específico de los
elementos del patrón mundial de poder capitalista eurocentrado
y colonial/moderno […]” (2000: 374). Quijano considera que